Tal día como hoy del año 1596, hace 429 años, en Ciudad de México (entonces capital del virreinato de Nueva España), la Inquisición hispánica “celebraba” un auto de fe y quemaba en la hoguera a cinco miembros de la familia judeoconversa portuguesa Carabajal (Carvajal en la documentación hispánica): la madre, Francisca; y los hijos Luis, Isabel, Catalina y Leonor. La hija menor, María Ana, que había enloquecido a causa de las brutales torturas que le habían infligido los interrogadores inquisitoriales, sería recluida en los calabozos durante cinco años más (para esperar que recuperase la salud mental y poder justificar su ejecución), pero, a pesar de que no se curaría, sería también quemada en la hoguera (25 de marzo de 1601).
Los Carabajal eran una familia judeoconversa portuguesa, originaria de la ciudad de Braganza, que se habían convertido poco antes de la entrada en vigor del Decreto de conversión o expulsión promulgado por el rey Manuel I de Portugal (1497). Sin embargo, según las mismas fuentes, la familia Carabajal habría continuado practicando secretamente su fe mosaica durante las tres generaciones posteriores. Algunas informaciones sugieren que hacia 1585, escapando de la presión de la Inquisición hispánica, la madre y los cinco hijos (el padre había fallecido el año anterior) se habrían desplazado a las colonias americanas siguiendo los pasos de Luis, el hermano mayor de Francisca, comerciante y alto funcionario de la Administración colonial hispánica.
El asesinato en la hoguera de la familia Carabajal no era la primera ejecución que ordenaba la Inquisición hispánica en América. Desde que había sido implantada en América (ordenanzas del rey hispánico Felipe II, 1570) se habían producido diversos autos de fe, en los que los llamados herejes eran condenados a diversas penas (desde los azotes en público hasta la muerte en la hoguera). El primer auto de fe inquisitorial en América con resultado de muerte se había llevado a cabo en 1574, y se habían quemado en la hoguera a tres tripulantes de una nave corsaria inglesa capturados en el mar Caribe y acusados y condenados por piratería y por herejía (profesaban la fe anglicana), y que en la documentación inquisitorial serían relacionados como "Jorge Rively, Pedro Momfire y Cornelio el Irlandés".