Tal día como hoy del año 1945, hace 73 años, Pierre Laval, Abel Bonnard y Maurice Gabolde llegaban a Barcelona. Laval había sido jefe del gobierno de Vichy —del estado francés títere de los nazis presidido por el mariscal Pétain— desde abril de 1942, y había colaborado intensamente con el régimen nazi de Hitler en la detención y deportación de judíos franceses a los campos de exterminio del Tercer Reich. También había colaborado estrechamente con los nazis alemanes en la deportación de trabajadores franceses a las industrias de guerra alemanas. Durante su mandato rearmó la paramilitar Milice Nationale, que persiguió implacablemente a la Resistencia francesa. Y Bonnard y Gabolde habían sido, respectivamente, ministro de Educación y de Justicia del gobierno de Laval.

Después del desembarco aliado de Normandía (junio de 1944), el gobierno de Vichy se trasladó a Alemania. Pero sería por poco tiempo. Once meses más tarde (mayo de 1945) las tropas aliadas ya habían liberado casi toda Francia y habían iniciado la conquista de Alemania. Entonces, Laval, Bonnard y Gabolde solicitaron asilo político al régimen de Franco. El embajador español en Vichy, José Félix de Lequerica, que cinco años antes había coordinado la detención y la deportación del president Lluís Companys y del líder sindical Joan Peiró, y el confinamiento de la anarquista Federica Montseny y del escritor Max Aub, gestionó discretamente el traslado de Laval, Bonnard y Gabolde desde el castillo de Sigmaringen (Baden-Württemberg) al de Montjuïc, en Barcelona.

Pétain y Hitler. Vichy, 1944 / Bundesarchiv

Laval, Bonnard y Gabolde no eran los únicos colaboracionistas franceses que habían sido acogidos por el régimen franquista. Según la historiadora francesa Anne Dulphy, de la Fondation Nationale des Sciences Politiques, entre 1945 y 1949 los ministros franquistas Gómez Jordana, Lequerica Erquiza, Bilbao EguíaAunós, que era de Lleida, firmaron 13.471 permisos de asilo político a franceses colaboracionistas que habían sido acusados, juzgados y condenados in absentia por crímenes contra la humanidad. Las presiones internacionales obligarían a Franco a devolver a Laval a Alemania, desde donde sería trasladado a Francia. Allí fue condenado a muerte y ejecutado en octubre de 1945. En cambio, Bonnard y Gabolde no serían extraditados jamás y morirían después de alcanzar la vejez en Madrid y en Barcelona, respectivamente.

Imagen principal: Laval y Olberg, jefe de las SS en Francia. París, 1943 / Bundesarchiv