Tal día como hoy del año 1694, hace 328 años, estallaba una gran revuelta social en el Camp de Tarragona, que sería denominada el Motín de los Pobres, y que tuvo su epicentro en la ciudad de Valls. Aquella revuelta estalló en un contexto de profunda crisis económica, provocada por la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), que enfrentaba a la monarquía francesa contra un conglomerado de potencias europeas lideradas por la monarquía hispánica. Cuando estalló aquella revuelta, la guerra ya se había desplazado a territorio catalán: el 29 de junio de 1694 —después de un asedio y bombardeo de dos semanas— las tropas del duque de Noailles habían penetrado en el interior de Girona y ya controlaban el tercio norte del Principat de Catalunya.

La reacción de la cancillería hispánica de Carlos II (denominado "el hechizado" o "el embrujado") había sido llenar Catalunya de militares; que, en virtud a una prerrogativa de origen medieval que no había sido liquidada en las sucesivas reformas de las Constituciones de Catalunya, obligaba a las clases populares a alojar y mantener a las tropas del conde de Barcelona en caso de invasión extranjera (en aquel caso esta figura estaba representada por el rey hispánico Carlos II). Aquella misma prerrogativa eximía a las clases privilegiadas del país (aristocracia y pequeña nobleza; alto y bajo clericato). El Motín de los Pobres en Valls, y en algunos pueblos del Camp de Tarragona, fue una réplica de las causas que habían provocado el Corpus de Sangre en Barcelona (1640).

A finales del siglo XVII, después de una larga y penosa posguerra, Catalunya ya se recuperaba de los estragos del conflicto de Separación (1640-1652/59) y de la ocupación militar y represión política y económica que lo habían seguido. El Camp de Tarragona se había convertido en uno de los motores de aquella recuperación, liderada por la producción de uva y por la fabricación de destilados alcohólicos que se exportaban por toda Europa. Pero la guerra (que había provocado bloqueos marítimos que impedían la exportación) y la ocupación militar hispánica (que había intensificado el paisaje de crisis) habían conducido la anteriormente próspera sociedad del Camp de Tarragona, a un charco de miseria y de conflictividad. El Motín de los Pobres fue duramente reprimido por las tropas hispánicas.