Tal día como hoy del año 1987, hace 30 años, la organización terrorista ETA perpetraba un atentado en el Hipercor de la avenida Meridiana de Barcelona, que se saldó con el macabro balance de 21 víctimas mortales y 45 heridos de diversa gravedad. El atentado se produjo a las 16.12 horas de un viernes, con la explosión de un coche que contenía 30 kilos de amonal, 100 litros de gasolina y 200 kilos de escamas de jabón y de cola adhesiva. El coche bomba había sido estacionado en la primera planta subterránea del edificio, y la explosión provocó un cráter y el derrumbe posterior de la planta baja, que afectó a todas las personas que se encontraban en el espacio de alimentación y de textil.

Los supervivientes de la masacre explicaron que la onda expansiva los impulsó incontroladamente contra el techo y las paredes de la planta. Relataron también que toda la planta quedó en una penumbra dominada por el estruendo de los expositores de productos y de las placas del techo, convertidos en proyectiles. Hasta que instantes después, una gran bola de fuego recorrió a gran velocidad todos los rincones de la planta, carbonizando todo lo que encontraba a su paso. Las investigaciones posteriores revelarían que la mortífera deflagración, formada por la mezcla de la gasolina, el jabón y la cola, elevó la temperatura del espacio siniestrado hasta una punta máxima de 3000 grados.

Los autores de la masacre fueron los miembros del autodenominado "comando Barcelona" de la organización terrorista ETA. Entre las víctimas mortales había personas de todas las edades, empleados y clientes, y algunos grupos familiares. Así, entre los muertos se encontraba una pareja joven que dejó a un hijo huérfano, y también una tía y dos sobrinos de 13 y de 9 años, y una madre y dos hijas de 15 y de 13 años. Y entre los supervivientes, una niña en gestación que nació sordomuda a causa de la explosión. El injustificable atentado de Hipercor escribió una de las páginas más negras, probablemente, la que más, de la historia reciente de Catalunya.