Explican en Andalucía que, si Pablo Casado hubiera dispuesto de algo más de tiempo, el presidente de la Junta de Andalucía no hubiera sido el candidato en las elecciones autonómicas del pasado 2 de diciembre y, en consecuencia, no hubiera acabado como titular del Palacio de San Telmo, el edificio barroco de Sevilla donde se ubica el gobierno andaluz. Pero la política tiene estas cosas y por un doble accidente, el de Casado y la inesperada derrota de Susana Díaz, Juanma Moreno se ha convertido en el primer presidente del PP de la Junta de Andalucía, una voz fuerte de los conservadores e incluso más escuchado que el gallego Núñez Feijóo.

Moreno carece de currículum y su gobierno con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox amenaza con ser sobre todo un ejecutivo de confrontación, con el PSOE en Andalucía y con el independentismo en España. O con los dos en ambos sitios. Su primera visita a Barcelona ha estado lejos de la mínima corrección institucional —no consta que haya solicitado ninguna entrevista al president de la Generalitat—, se ha reunido con la Federación de Entidades Culturales Andaluzas y posteriormente ha participado en el Día de Convivencia Andaluza.

Sus palabras acerca de la marginación de los andaluces en Catalunya y sus afirmaciones de que no piensa permitir que se pisoteen los derechos de los andaluces en Catalunya demuestran su ignorancia o su mala fe. O ambas cosas a la vez. Hablar de los andaluces que emigraron en los años 60 y 70 como una unidad política indivisible es desconocer la integración que se ha producido y que incluso ha permitido que uno de ellos, José Montilla, nacido en Iznájar, en la provincia de Córdoba, llegara a president de la Generalitat. Sin embargo, queda mejor propagar a los cuatro vientos que no permitirá que se pisoteen y se menosprecien sus derechos.

Por suerte, sus derechos están garantizados. Empezando por los fundamentales, aunque solo sea porque no ha hecho falta una alianza con Vox para alcanzar el poder y sentar así un precedente en Europa. Un muy mal precedente sobre todo si lo que se quiere dar son lecciones.