Pinchazo en la red de trenes de alta velocidad. El consorcio Renfe-SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses) ha puesto punto final al enlace directo de la línea de tren de alta velocidad (TGV) entre Toulouse y Barcelona para su oferta de 2022, después de dos años de interrupción vinculada a la covid-19. Así lo han confirmado esta semana diferentes medios franceses, como la radio France Bleu, que recoge la "decepción" del director general del Comité Regional del Turismo de Occitania, Jean Pinard. "Hay un potencial más que demostrado en la clientela catalana, que es muy importante en Occitania, sobre todo en Toulouse y Carcasona", ha explicado.

Pinard también ha criticado la supresión de este servicio en un momento en el cual se habla de calentamiento climático y de desarrollo sostenible. "Nos encontramos en el punto de salida para hacer evolucionar la actividad turística, que tiene una huella ecológica relevante. ¡Si hay una forma de transporte que corresponde a este turismo de transición ecológica es el tren!", ha remarcado.

Un enlace sin público

Sin embargo, la verdad es que el enlace ferroviario entre las capitales de Occitania y Catalunya no ha encontrado a su público. Hay que remontarse al año 2013, cuando las empresas públicas Renfe y SNCF se aliaron para aprovechar la apertura del tramo de alta velocidad entre Barcelona y Perpinyà y conectar varias ciudades con las líneas Madrid-Marsella, París-Barcelona y Toulouse-Barcelona. Pero esta última nació mal.

Si bien el enlace es lo bastante rápido (unas tres horas en tren, delante de las cuatro horas en coche), los horarios no son los más adecuados. La primera salida desde Toulouse se fijó a las 20.24 horas, para llegar a la estación de Sants a las 23.26 horas. En cambio, la salida desde Barcelona está en las 10.24, para llegar a Toulouse hacia las 13.31 horas: eso significa hacer el trayecto a la mitad del día.

La factura de la covid-19

Después nos encontramos con el precio, un poco elevado. El año 2013, el precio mínimo se fijó en 39 euros. Fue necesario bastante tiempo para que bajara hasta los 29 euros actuales, similar al de otras líneas internacionales de alta velocidad. Igualmente, el mal ya estaba hecho, hasta el punto que la oferta de este enlace se redujo el año 2016, con trenes solo en verano. El verano de 2017 se alcanzó una frecuencia de aproximadamente 55.000 viajeros, lo bastante alta si tenemos en cuenta los problemas de base de la línea.

Como muchos otros sectores, la covid-19 pasó factura. La línea ha sido suprimida tanto para el año 2020 como para el 2021. Ahora, se ha borrado absolutamente la oferta de 2022. Algo que ha molestado bastante a los occitanos, que reconocen que tienen "más a ganar por parte de la clientela catalana que al revés". Así lo admite el presidente de Alta Garona Turismo, Didier Cujives, que no quiere "creer que la partida esté perdida". "Garantizo que lucharemos con mucha fuerza", ha avanzado en declaraciones en France Bleu sobre la recuperación del turismo catalán.

 

Imagen principal: Un tren de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) / Europa Press