El economista Santiago Niño Becerra ha manifestado en una entrevista en la radio suiza SRF, que las medidas que se han adoptado a la reforma laboral española contra el paro juvenil son una "farsa", porque el problema de fondo es que "España tiene demasiada gente y crea poco trabajo". Niño Becerra ha insistido en que hay demasiados trabajadores respecto a los sitios de trabajo realmente disponibles y que el subempleo es estructural, porque existe poca industria en comparación con otros países y la economía depende en gran manera del turismo y la construcción, y por lo tanto reacciona con mucha sensibilidad a las fluctuaciones económicas. "En España, y suena fatal cuando lo digo así, tenemos demasiada gente", ha reiterado.

Según el economista, "hay dos maneras de reducir el paro: o bien se crean más sitios de trabajo o se falsean las estadísticas". Y cree que con la reforma laboral eso segundo es lo que ha hecho el Gobierno de Pedro Sánchez. Con la reforma ha convertido los contratos temporales en indefinidos, pero como no hay suficiente trabajo, muchos trabajadores irán igualmente al paro. A su entender, aquí está el truco. Los trabajadores en paro cobrarán el subsidio por trabajo a tiempo parcial, y así ya no aparecerán a las estadísticas de paro. "Se les considera plenamente ocupados con sólo una hora de trabajo a la semana", resume.

 

En España pasa como en el Magreb

 

Como con esta manera de contar el paro juvenil está retrocediendo, España recibe como contrapartida fondos de apoyo de la UE, pero Niño Becerra insiste en que eso no resuelve el problema del elevado índice de paro entre los jóvenes. Según el economista, España hace como el Magreb, y la evolución de sus economías es comparable. "En los países del Magreb hay muchos jóvenes y muy poco empleo. Por eso la gente emigra. Y creo que lo mismo está pasando en España en este momento", explica. La radio suiza pregunta con cierta estupefacción a Niño Becerra por qué España no crea buenas perspectivas para su juventud, ante este panorama pesimista. "Sinceramente, no lo sé", responde el economista.

En los últimos días, Niño Becerra ha compartido su preocupación por lo que podría ser una nueva burbuja financiera, similar a la llamada 'tulipomanía' o crisis de los tulipanes del siglo XVII. Para Niño Becerra, la "confianza" ciega con la que los países (y las empresas) se están endeudando, y el hecho de que "ya se está hablando de perpetuar" la deuda "recuerda bastante al fenómeno de los tulipanes" que a menudo se enseña a los estudiantes de economía. Se trata de una de las primeras burbujas especulativas de la historia, surgida en los Países Bajos, según la cual el precio de los bulbos de tulipán se disparó de manera estrepitosa en cuatro años, para después caer en picado.