El Govern de la Generalitat, igual que la Moncloa, ha publicado este viernes sus previsiones de crecimiento económico para este 2022. Concretamente, el Departamento de Economía prevé un crecimiento del PIB del 4,9% el año 2022, que es más de medio punto superior a lo que ha previsto el Govern para el global del Estado, en más, de cara al 2023, el Departamento liderado por Jaume Giró prevé un crecimiento del 2,9% el año 2023. Estas revisiones, hace falta apuntar, que son a la baja con respecto a las publicadas el octubre pasado, cuando la situación era más favorable y se preveía un crecimiento del PIB del 6,4% para este año. Todo viene causado por el impacto de la guerra a Ucrania que, al mismo tiempo, ha provocado una perturbación de oferta a escala global, que ha llevado, en última instancia, un impacto desfavorable sobre la actividad y los precios.

Al mismo tiempo, hay que apuntar también que nos encontramos en un momento con una inflación muy superior a la de octubre y que de momento parece que continuará así unos meses más, por lo tanto, todo ha llevado al Govern a prever una recuperación más ralentizada de la economía catalana, que permitiría en el 2023 alcanzar, por fin, el nivel económico del 2019, previo a la pandemia de la covid. En precios corrientes, el PIB catalán llegaría en el 2022 hasta un volumen total de 266.838 millones de euros, casi 23.000 millones más que el 2021. El escenario macroeconómico para Catalunya, según el Govern, es coherente con unas perspectivas globales de recuperación que también se han revisado a la baja, en especial con respecto a la zona euro. Según las previsiones del FMI difundidas recientemente, el PIB de las economías avanzadas repuntará un 3,3% en el 2022, medio punto más que en la zona euro, y el de la economía española un 4,8%.

Estas nuevas proyecciones del Govern, se enmarcan en un contexto donde todavía predomina una elevada incertidumbre, sobre todo por el comportamiento de la inflación y la guerra en Ucrania, con riesgos en la actividad orientados a la baja, que podrían atenuarse a medida que avance el año. La principal fuente de riesgos está relacionada con la esfera geopolítica y las implicaciones negativas de unas presiones inflacionistas que podrían ser más elevadas y persistentes. Con todo, hay factores que podrían revertir gradualmente estos riesgos negativos, entre los cuales destacan el inicio de una nueva etapa de la pandemia de la covid, con restricciones mínimas, la recuperación casi definitiva del turismo extranjero, el apoyo de la política fiscal, con una aceleración en el despliegue de los fondos NextGenerationEU y las medidas para afrontar la crisis energética, como por ejemplo el acuerdo sobre el tope del precio del gas.

 

Un 2022 marcado por la recuperación de la demanda

Como ya hemos dicho, el Govern estima que el PIB aumentará un 4,9% este año, impulsado sobre todo por la recuperación de la demanda interna y externa, con aportaciones de 3,1 puntos y 1,7 puntos, respectivamente. La mejora de la demanda interna refleja el aumento del consumo de los hogares (3,9%) y de la formación sucia|bruta de capital (4,7%). Por su parte, la inversión crecería un 4,7%, impulsada gracias, en gran parte, al despliegue de los NextGenerationEU. Con respecto al consumo de las administraciones públicas, se prevé un crecimiento del 1,7%. Y en el ámbito del sector exterior, las exportaciones totales de bienes y servicios avanzarían un 11,6%, impulsadas este año por la aceleración de la recuperación del turismo extranjero, mientras que las importaciones lo harían a un ritmo inferior (del 8,8%).

Con respecto al comportamiento del mercado de trabajo, las estimaciones apuntan a un aumento más moderado del empleo equivalente a tiempo completo (2,5%), después del rebote del 2021 (7,9%). Este avance del empleo a tiempo equivalente supondría la creación de 85.000 puestos de trabajo y permitiría superar el año 2022 los niveles de empleo previos a la pandemia. Esta dinámica, junto con el incremento de la población activa, conduce a una disminución de la tasa de paro, hasta el 10,4%.

Primer trimestre marcado por la ralentización de la recuperación

Con respecto al primer trimestre del año, el Govern también apunta que la recuperación se ha, como mínimo, ralentizado, a causa del impacto de la sexta ola de la pandemia en enero, aunque fue muy limitado, por el agravamiento de la escalada de precios iniciada en la segunda mitad del 2021 y los primeros efectos de la guerra de Ucrania, en un contexto de levantamiento de buena parte de las restricciones sanitarias.

A pesar de esta ralentización del crecimiento, desde el Ejecutivo catalán también recuerdan que hay ámbitos que siguen una tónica muy favorable, como por ejemplo el mercado de trabajo, con un crecimiento de la afiliación del 4,6% interanual en marzo, y el sector exterior, con incrementos muy significativos de los flujos de exportaciones e importaciones de bienes hasta febrero. También conviene destacar el buen tono de los indicadores de actividad turística hasta marzo, con registros cada vez más próximos a los valores prepandemia.