El paro es uno de los grandes problemas de España en el ámbito laboral desde que estalló la crisis financiera del 2008, y se volvió a reflejar con el aumento de la tasa de paro a causa de la pandemia el año pasado. Ahora bien el aumento provocado por la Covid, un año después ya se ha reducido en más de un tercio hasta ahora y las previsiones indican que esta mejora continuará los próximos meses, pero cuando acabe en el 2022 este porcentaje seguirá siendo seis décimas superior a los niveles de paro que tenía el Estado antes de la crisis de la Covid, por lo tanto podemos asumir que hasta el 2023, como mínimo, España no recuperará todos los puestos de trabajo que tenía a principios de 2020.

Así lo refleja el informe anual de Perspectivas del Empleo publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) donde se señala que este incremento de la recuperación del paro no será muy diferente de la media de los países miembros, con un desempleo 0,4 puntos superior a lo que había al fin de 2019, pero el problema de España es que desde hace una década la tasa de paro es entre 2,5 y 3 veces superior a la de la OCDE, sin ir más lejos, el mayo pasado era del 15,4% mientras que la de la OCDE era solo del 6,6%.

Las cicatrices de la Covid en el mercado de trabajo español son también evidentes en la tasa del empleo, que era del 63,5% antes de que se hicieran sentir los efectos de la pandemia bajó al 61,1% al acabar 2020, y tampoco se recuperará hasta el 2023. Los responsables del estudio ponen el acento en el hecho de que la crisis ha afectado especialmente a las personas más vulnerables, es decir, a los trabajadores con empleos poco remunerados y con contratos temporales, a las personas con bajo nivel educativo y a los jóvenes.

En el caso de estos últimos, la tasa de paro del grupo de entre 15 y 24 años se incrementó en más de 10 puntos porcentuales en los cuatro primeros meses de la pandemia (más del triple que entre la población general), hasta alcanzar un 42%. Dentro de este grupo, los jóvenes más castigados fueron los que entraron en el mercado laboral en la fase álgida de la crisis cuando había muy pocas contrataciones. En mayo de 2021, el paro juvenil todavía continuaba a niveles muy elevados, concretamente era del 36,9%.

Los ERTE han salvado puestos de trabajo

La utilización de los ERTE en España, que afectó a un 20,5% de los trabajadores en el pico de abril-mayo de 2020, fue similar en términos relativos en la cual se hizo en el conjunto de los países de la OCDE (19,9%). Además, su cobertura cayó al 6,5% al febrero-marzo de 2021 en el conjunto de la organización, donde se calcula que ha servido para salvar hasta 21 millones de puestos de trabajo, y al 5,4% en España.

Los autores del informe también apuntan que durante el 2020 el presupuesto de las políticas activas de empleo se redujo un 14% para financiar la expansión de los ERTE y los subsidios para el desempleo, mientras se incrementará un 35% en 2021. Al mismo tiempo, insisten en que las inversiones adicionales en políticas activas de empleo y en los servicios públicos de ocupación son "esenciales" para ayudar al hecho de que un gran número de parados puedan pasar de sectores en decadencia a otros en crecimiento. También para ayudar a las empresas a retener y contratar personal y brindar apoyo individual intensivo a "personas particularmente vulnerables".