Endesa obtuvo un beneficio neto de 1.435 millones de euros en 2021, lo que representa un incremento del 2,94% con respecto al ejercicio anterior, informó la compañía, que supera así sus previsiones para el año. Este incremento en las ganancias se produjo a pesar de contabilizarse un deterioro de los activos de generación eléctrica en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla de 652 millones. Este deterioro está relacionado con la crisis de materias primas y los costes que se prevén recuperar en la regulación por estos conceptos, así como con los cambios contemplados en la estructura de generación futura y sus efectos en la generación térmica actual. El deterioro en 2021 en el negocio no peninsular se suma a los ya contabilizados en 2019 y 2020 por 404 y 338 millones, respectivamente.

En un comunicado de prensa, la energética destaca que la consecución de estos resultados en un ejercicio condicionado por las turbulencias en los mercados internacionales, que están generando el mayor pico de precios de los últimos años en Europa, y por los relevantes desarrollos regulatorios a escala nacional y europea. A pesar de esta compleja coyuntura, el grupo dirigido por José Bogas fue capaz de batir sus previsiones de cierre de año. Concretamente, Endesa registró un beneficio ordinario neto de 1.902 millones de euros, un 11% inferior al de 2020, aunque superior en un 12% a la 'hoja de ruta' que se había marcado de 1.700 millones de euros en noviembre. En esta línea, el dividendo a repartir a los accionistas superará las estimaciones en un 11%, hasta los 1,44 euros por acción. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la energética creció un 6% el año pasado frente a 2020, situándose en 4.278 millones. 

Este crecimiento se basó, principalmente, en la contabilización de ingresos extraordinarios de 300 millones derivados de la anulación judicial del canon hidráulico 2013-2020 y de otros 186 millones por la recuperación de los costes de CO2 del año 2006 igualmente por sentencia judicial; así como en los esfuerzos de gestión en los distintos negocios para tratar de paliar el impacto de la citada subida excepcional de los precios del gas.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha puesto en valor estos resultados en "uno de los ejercicios más desafiantes de los últimos años, justo después de otro año como el 2020 que estuvo marcado por el tremendo golpe de la pandemia". "El desempeño de Endesa muestra nuestra capacidad de resiliencia, que nos permite seguir ofreciendo una sólida remuneración a nuestros accionistas sobre la base de unos resultados económicos mejores que los anunciados. La credibilidad de nuestra senda de descarbonización y sostenibilidad, reflejada en los principales índices a escala global, unida al buen comportamiento de nuestra actividad comercial nos permiten afrontar con confianza los retos del presente año 2022", ha asegurado.

Descarbonización 

Durante 2021, la empresa ha continuado su senda hacia la descarbonización con la obtención de la licencia de cierre de la central térmica de Litoral (Almería), que ha supuesto dar de baja 1.100 MW de potencia de carbón. Tras ello, solo resta la clausura de la planta de As Pontes  (1.400 MW) para culminar la salida del negocio de carbón en la Península Ibérica, lo que dejará operativos solo 240 MW con esta tecnología ubicados en Baleares. 

En este sentido, hay que remarcar que únicamente el 1% de los ingresos de Endesa en 2021 provino de la generación con carbón y la proporción de electricidad procedente de este combustible fósil sobre el total de la producción de Endesa ha sido igualmente de solamente un 1%. En segundo lugar, el volumen de potencia instalada en fuentes renovables creció en 626 MW, hasta cerrar el año en 8.300 MW. Gracias a este aumento de la potencia limpia, unido al retroceso de la capacidad instalada de carbón, la producción eléctrica de Endesa en la Península Ibérica libre de emisiones de CO₂ se situó en el 82%.