El economista Santiago Niño Becerra ha advertido que el efecto de las anfetas sobre la economía ya se ha acabado, y ha pronosticado que eso comportará una crisis. "De aquellos polvos, estos lodos. Desde el 2018 la economía mundial está dopada y el efecto de las anfetas ya se ha acabado; sumen el virus y el cambio en el orden internacional y tienen una crisis. Y no será una crisis nueva: seguimos en la misma", ha indicado.

El economista ha hecho referencia a una noticia del diario El País, que afirma que el Foro Económico de Davos se prepara para una próxima crisis. "Según uno de los informes presentados en Davos, las decisiones de la cumbre se han tomado sobre la optimización de costes y la optimización de valor y la resiliencia, la capacidad de mejorar situaciones o circunstancias traumáticas", apunta. Entre los ejecutivos del Foro se extendió el temor a una recesión, motivada por la guerra de Ucrania y la salida lenta del impacto de la covid.

Niño Becerra sostiene que esta crisis es prácticamente inevitable, y que en España será más severa, a causa de su economía de baja productividad. En varias ocasiones el economista ha insistido en que por eso la UE ha aceptado un trato especial en los precios energéticos. "Si Europa ha autorizado que España y Portugal puedan poner un tope al precio de la luz es porque la economía española está muy mal", asegura. En su opinión existen tres problemas que agrietan la economía española:

1) Deuda desmesurada: Según el economista, "la deuda es un dogal muy pesado que asfixia a España y que hace que el país dependa de los inversores que tienen esta deuda". Y en este sentido, pronostica que a consecuencia de ello el Gobierno tendrá que adoptar medidas duras como subir impuestos, recortar el gasto público, o combinar las dos vías para que la evolución de la deuda sea sostenible. "España pasó de una deuda del 95,5% del PIB, a 31 de diciembre del 2019, al 120% del PIB un año después", recuerda, en un proceso acelerado por la covid. Pero Niño Becerra avisa de que la covid sólo ha empeorado unas tendencias que ya eran malas antes de la pandemia. "La pandemia ha afectado a España más que a otras economías por problemas que venían de muy atrás, que ya estaban antes de que el virus de la covid llegara; el virus sencillamente los ha dramatizado y puesto en evidencia. La española no es una economía homogénea: por eso pienso que la única posibilidad de recuperación para España y el resto de países pasa por acabar la fórmula del café-para-todos y optar por un perfil de geometría variable que, hasta ahora, se ha querido evitar por razones políticas", añade.

2) Baja productividad: El economista asegura que los índices de productividad españoles han empeorado en los últimos años, y ya no eran buenos antes. Eso a su entender acondiciona toda la estructura económica. "Una baja productividad supone una generación de valor añadido reducida, lo que no incentiva la inversión a fin de que la productividad mejore, y eso lleva de forma inevitable al país o zona a perder competitividad internacional. España ha estado compensando esta deficiencia pagando salarios bajos y con condiciones laborales precarias: tiene además una tasa de economía sumergida que, según las estimaciones, oscila entre el 17% y el 25% del PIB, y todo lo ha soportado con bastante elasticidad el sector turístico", apunta. Niño Becerra advierte que esta fórmula no será sostenible en el tiempo, porque la UE exigirá y auditará fórmulas fiscales mucho más estrictas.

3) Escasez de dinero para las pensiones: El economista asegura que España sufre una "crónica insuficiencia" de dinero para las pensiones, e insiste en que este es el problema real. "El problema del sistema de pensiones de España (y de todos los países con un sistema de reparto como el español) es de insuficiencia de ingresos", dice. Según Niño Becerra, la ley de reforma de la Seguridad Social aprobada en anteproyecto en el 2021 sólo garantiza "un equilibrio momentáneo de las cuentas" traspasando algunos gastos a los presupuestos del Estado, para aportar 22.000 millones de euros más, que se sacan de otras partidas. En su opinión, el anteproyecto "aparca para más adelante los temas más polémicos, como el encaje del aumento de la esperanza de vida en el importe de las pensiones". La cuestión también se ha agravado a raíz de la pandemia.