Hace ya un año que convivimos con la pandemia, y el confinamiento ha hecho estragos en la economía local y mundial. El paro de la actividad que empezó ahora hace un año ha ahogado muchas empresas y ha asfixiado el mercado de trabajo. Nos hemos habituado ya a ver las largas colas en las Oficinas de Trabajo y el SEPE, a oír quejas de gente que no recibe las ayudas e historias de negocios que se han visto obligados a cerrar. El legado después de un año de pandemia es, indiscutiblemente, un aumento exponencial de las listas del paro; ya lo fue durante la crisis financiera del 2008 y, con un mercado todavía no recuperado, el paro ataca de nuevo.

Sin ir más lejos, los últimos datos disponibles (febrero 2021) muestran que hay más de medio millón de parados en Catalunya, concretamente 512.290 personas, un 29% más que febrero del año pasado. Hay que tener en cuenta que en este número no hay incluidas las personas en ERTE, que suman más de 192.700 afectados a Catalunya.

 

En los últimos doce meses se ha destruido más empleo del que se ha creado. Se han perdido 81.563 puestos de trabajo y sólo se han hecho 12.348 contratos nuevos, la gran mayoría, temporales.

Catalunya, la comunidad donde más empleo se ha creado, cerró en febrero con 3 millones 300 mil afiliados a la Seguridad Social. Así pues, después de un año de pandemia, el paro ya ha impactado en más de 100.000 personas en Catalunya.

Diferencias con la crisis anterior

La última crisis económica es todavía tan reciente que se hace difícil no hacer comparaciones. Pero hay que tener presente que la crisis del 2008 fue una crisis financiera, en qué el punto de mira eran los bancos y las inversiones inmobiliarias. Ahora, sin embargo, se trata de una crisis económica derivada de un paro de la actividad por una emergencia sanitaria; por lo tanto, no se produce desde la economía, sino que es fruto de las medidas para tratar de preservar la salud. Además, al ser la crisis financiera todavía tan reciente, el coronavirus ha golpeado una economía que ya estaba débil antes de la pandemia, y un sistema financiero que nunca se ha podido recuperar del todo de las consecuencias de la crisis del 2008.

Todo eso afecta, principalmente a, el sector terciario que requiere de interacción social, como la restauración, el comercio, el ocio y el turismo, y todos los negocios que se derivan. Este sector ha perdido más de 70.000 puestos de trabajo, mientras que la industria ha perdido más de 33.000 y el goteo de ERE en el sector industrial, sobre todo en el automovilístico, crece cada vez más. Por el contrario, la construcción, que fue uno de los sectores más tocados durante la crisis financiera, es ahora uno de los que más contratos nuevos genera.

En el conjunto del Estado español, el paro ya supera los cuatro millones de parados, cifras no vistas desde febrero del 2016. También en Catalunya los números se equiparan a cinco años atrás, dejando todavía cierto margen hasta al máximo histórico de febrero del 2013, en el que el paro en Catalunya fue de más de 660.000 personas, y al conjunto del Estado sobrepasó los cinco millones.

El paro juvenil, por las nubes

Si una cosa tienen en común estas crisis es el fuerte impacto sobre los jóvenes. Catalunya ha batido el récord de paro juvenil, con un total de 41.000 jóvenes parados, el 45,4%. Por edades, las caídas más fuertes se han notado en segmento de jóvenes de entre 25 y 34 años, donde se han perdido 35.300 puestos de trabajo en un año; y en las personas de entre 34 y 44 años con 56.700 ocupados menos.

La generación que tienen entre 30 y 40 años son, en general, los que han sufrido más, ya que son los jóvenes que perdieron oportunidades ya con la crisis financiera y que ahora, de nuevo, se encuentran con problemas en el mundo laboral. Durante la crisis del 2008, en toda España el paro juvenil sobrepasó el 50%, llegando a triplicar la tasa de paro juvenil mundial.

Las mujeres, víctimas de la pandemia

Junto con los jóvenes, las mujeres son las más castigadas por la pandemia. El paro femenino crece más mensualmente que el masculino, y las mujeres representan ya al 55% de los parados. Además, ha estado especialmente significativo el incremento del desempleo en las mujeres jóvenes, con un crecimiento del 39,5% en las de 16 a 24 años, y del 37,4% en las de 25 a 29 años.

Al mismo tiempo, tras un año de pandemia, los contratos parciales siguen afectando casi a tres mujeres por cada hombre.

En definitiva, un año de coronavirus deja Catalunya superando el medio millón de parados, un umbral que se cruzó en enero y que con la crisis financiera costó seis años dejar atrás después de alcanzarlo en el 2010. En todo eso, todavía hay casi 200.000 personas en ERTE en Catalunya, y ahora el temor es que estos no se acaben convirtiendo en despidos definitivos.