La situación es "increíblemente precaria". Esta es la gran alerta que ha expuesto al director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, que ha avisado de que la situación es de alerta roja para la Unión Europea a raíz de las últimas medidas tomadas por Rusia para reducir los flujos de gas natural. Ante la potencial amenaza rusa de un corte total del suministro de gas de cara al próximo invierno, Birol, ha instado a los 27 países de la UE a impulsar el almacenaje de gas mediante la reducción de la demanda de empresas y hogares, aumentando temporalmente el recurso al carbón y el petróleo a la generación de electricidad, además de la energía nuclear. De hecho, la AIE publicó una semana después de la invasión de Ucrania el plan de 10 puntos para reducir la dependencia de la Unión Europea del gas natural ruso.

La  Agencia Internacional de la Energía ha recordado que en septiembre del 2021, cinco meses antes de la invasión rusa de Ucrania, la Agencia ya señaló que Rusia estaba impidiendo que una cantidad importante de gas llegara a Europa. "Dimos todavía más la alarma en enero, destacando como las reducciones relevantes e injustificadas de Rusia en el suministro en Europa estaban creando una restricción artificial en los mercados", ha detallado el director de la AIE. La consecuencia que todo el mundo ya conoce fue el aumento de los precios, exactamente al mismo tiempo que aumentaban las tensiones sobre Ucrania.

"Europa tiene que actuar inmediatamente"

En esta línea, Birol ha subrayado que si Rusia mantiene cierto nivel de suministro durante el verano, todavía es posible alcanzar el nivel de almacenaje del 90%. Sin embargo, ha enfatizado en la necesidad de que Europa actúe "inmediatamente" reduciendo el consumo actual de gas. Según un nuevo análisis de la AIE, el gas extra que se tiene que guardar en los tres meses que vienen es de la orden de 12.000 millones de metros cúbicos. Seguidamente, el director de la Agencia Internacional de la Energía ha propuesto la introducción de plataformas de subastas para incentivar a los usuarios de gas industrial de la UE a reducir la demanda, así como minimizar el uso de gas en el sector eléctrico mediante un aumento temporal de la generación a base de carbón y petróleo mientras se acelera el despliegue de fuentes bajas en carbono, incluida la energía nuclear donde sea políticamente aceptable y técnicamente factible.

Más acciones concretas de los gobiernos

Más acciones concretas que tendría que llevar a cabo Europa, según Birol, son, por una parte, mejorar la coordinación entre los operadores de gas y electricidad de toda Europa, incluso en los mecanismos de reducción de picos. Según el director, eso puede ayudar a reducir el impacto del menor uso de gas en los sistemas eléctricos. Esta coordinación tendría que incluir una cooperación estricta en el funcionamiento de las centrales térmicas en el ámbito nacional y europeo. Otro aspecto a tener en cuenta, según el informe, es la reducción de la demanda de electricidad de los hogares, estableciendo estándares y controles de refrigeración. "El gobierno y los edificios públicos tendrían que tomar la iniciativa para dar ejemplo, mientras que las campañas tendrían que fomentar cambios de comportamiento entre los consumidores", ha rogado al director de la AIE.