A falta de poco más de 24 horas para que comience el último Clásico de la temporada, pocas dudas hay sobre la alineación que presentará el Barça. Se espera que Xavi Hernández no reserve a absolutamente nadie, y salga con el once ideal. Por lo tanto, Sergio Busquets, Raphinha o Alejandro Balde, que no jugaron en el anterior partido frente al Elche, volverán a ser parte del once inicial. Y, en un principio, Frenkie de Jong y Andreas Christensen nuevamente deberían de estar disponibles.
De manera que Marcos Alonso, Jordi Alba, Anssumane Fati o Ferran Torres regresarán al banquillo, si bien tienen opciones de jugar, entrando como revulsivos. Quien no participará con total seguridad es Pablo Torre, que en la última jornada de La Liga Santander sí que dispuso de minutos, entrando a falta de diez minutos para que sonara el pitido final. Después de mucho tiempo desaparecido, nuevamente pudimos verle con el primer equipo.
Pero tan solo fue una pequeña alegría en la profunda depresión que está teniendo el cántabro. Llegó con grandes expectativas al Camp Nou, después de maravillar en las filas del Racing de Santander, consiguiendo el ascenso a La Liga SmartBank, y las primeras comparaciones con Pedri González no tardaron en llegar. Lamentablemente, se ha encontrado con una situación muy distinta a la esperada, y ha tenido que conformarse con ser una pieza residual.
No ha rendido mal en los pocos partidos que ha disputado, sin embargo, parece evidente que no entra en los planes de Xavi, y por ese motivo es una de las primeras salidas que habrá en el Barça en verano, probablemente a través de un préstamo a otro club donde sí le garanticen continuidad y pueda ganar experiencia. Y ahora se ha conocido uno de los verdaderos motivos por los cuales el media punta nacido en el año 2003 no ha tenido más protagonismo.
Y se debe a su actitud, que no ha gustado nada, y que ha provocado que sea castigado firmemente.
Torre, una vida nocturna muy activa
Según han informado en exclusiva en varios periódicos, la vida nocturna de Torre es muy activa. Es frecuente verle por las discotecas más populares de la ciudad condal hasta altas horas de la madrugada, así que no respeta los horarios de descanso que impone Xavi.
Una cosa lógica, considerando la edad que tiene Pablo, pero que no hace ni pizca de gracia en el Barça, donde tienen miedo a que se pierda por el camino.