El Girona suma contra el Villarreal la primera victoria de la Liga gracias a un solitario gol de Chrsitan Stuani y se marcha al parón internacional con cuatro puntos de nueve posibles (0-1). El equipo, muy sólido en defensa y efectivo en ataque, recupera sensaciones con un partido que evoca el recuerdo de la temporada pasada.

Retorno a los orígenes

Eusebio Sacristán, después de dos jornadas de Liga, se ha entregado a la gran certeza del Girona de los últimos años: el sistema con cinco defensas. El característico esquema, implantado por Pablo Machín, ha ordenado a los gerundenses en el Estadio de la Cerámica. El futuro de Portu obligaba a Eusebio a modificar el once. Christian Stuani y el 'Choco' Lozano hacían de delanteros, por delante de Borja García. Marc Muniesa ha sido el gran damnificado y Aday Benítez, carrilero por la banda izquierda, el más beneficiado.

En este decorado, el Girona buscaba estrenarse ante un rival que estaba en la misma situación El Villarreal, todavía en construcción, evidencia falta de entendimiento entre las caras nuevas. Necesita tiempo para engrasar la máquina. Pero el reloj ya corre.

Con la voluntad de tener la pelota en cualquier circunstancia, el Villarreal ha intentado someter al Girona explotando la espalda del doble pivote formado por Álex Granell y Pere Pons. Santi Cazorla y Pablo Fornals tenían campo para correr y tiempo para pensar. Una ecuación que amenazaba el 0-0. Gerard Moreno, omnipresente, ha chocado con el portero Bono en la ocasión más clara de los primeros minutos.

El campo se inclinaba y los gerundenses tenían pocos argumentos en ataque. Todas las jugadas buscaban a Stuani, el faro en ataque. Cuando peor lo pasaba el Girona, el VAR lo ha rescatado. El vídeo ha anulado correctamente el gol de Toko Ekambi. Las sensaciones, sin embargo, no cambiaban. La falta de puntería de Moreno ha enviado el partido al descanso con empate.

Viejas costumbres

El Girona competía, pero no amenazaba la portería rival. Sus ataques eran inocuos. Hasta que Stuani ha dicho basta. Una carrera de Borja García con la pelota enganchada al pie ha desencadenado en un pase al espacio. El delantero uruguayo, autor de 21 goles la temporada pasada, sólo ha necesitado un toque sutil para superar la salida del portero Sergio Asenjo (0-1). Producción mínima. Rendimiento máximo.

Con el marcador de espaldas, al Villarreal le han entrado todas las dudas. Cazorla no ha encontrado los tres palos con un remate de volea que ha tenido respuesta con un disparo muy lejano de Pere Pons que ha desviado Asenjo. El Girona tenía otra cara. Eusebio no tocaba el dibujo porque funcionaba.

El submarino amarillo sólo animaba a su afición con jugadas aisladas. Un disparo de Pedraza, entre rebotes, ha acabado en el travesaño de la portería de Bono. La acumulación de delanteros no ha cambiado la tendencia. El Girona, con las líneas muy juntas, no sufría para defenderse y salir al contragolpe animado por un Stuani superlativo.

El tiempo corría y el Villarreal era incapaz de evitar un desenlace que parecía escrito. El Girona ha gestionado magistralmente los últimos minutos para conservar el premio y marcharse del Estadio de la Cerámica, uno de los campos más complicados de Primera División, con los bolsillos llenos.