Francia ha superado a Uruguay y se ha convertido en la primera semifinalista del Mundial de Rusia (0-2). Los de Deschamps han sido superiores a los charrúa, les han vencido por primera vez en la historia y continúan con paso firme hacia el título. Luis Suárez y Stuani, delanteros del Barça y del Girona, respectivamente, dicen adiós a sus opciones y hacen las maletas hacia casa.

Desafío aceptado

El sistema de juego de Uruguay ha retado, desde el primer momento, a Francia. Los de Deschamps, empujados por la velocidad de Kylian Mbappé, habían llegado a los cuartos de final del Mundial gracias al aprovechamiento de los espacios que dejaban a sus rivales. Leo Messi y Argentina lo sufrieron más que a nadie. Tabárez y los suyos, conscientes de las virtudes de los bleus, tenían claro lo que tenían que hacer para intentar clasificarse para las semifinales: nada de juego directo. Sólo venderían su eliminación a un preciso juego de posición.

La selección francesa ha aceptado el desafío. Con futbolistas como Griezmann, Pogba o Tolisso, entre otros, el combinado europeo tenía muchos argumentos para desarticular la condensada y sólida defensa uruguaya. Giroud añadía a la ecuación la posibilidad del juego aéreo. El pulpo Kanté ha esparcido sus tentáculos de tal forma que ha permitido que su equipo se instalara en campo contrario. La pareja de centrales Umtiti-Varane ha vivido muy cómoda gracias a la ausencia, por lesión, de Cavani. Todo esto otorgaba a Francia el rol de favorito en el primer duelo de los cuartos de final y por qué no decirlo, la firme candidata a ganar la Copa del Mundo junto con Brasil.

La superioridad de Francia se ha traducido del papel al terreno de juego y, aunque ha costado, del césped al marcador. De la misma forma que contra Portugal, Uruguay ha encajado un gol en un tipo de jugada que acostumbra a dominar en las dos áreas: las acciones a balón parado. La resistencia sudamericana ha durado más de 40 minutos, pero ha acabado cediendo ante el asedio de los de Deschamps. Griezmann ha hecho una finta antes de lanzar una falta lateral y ha descolocado a la defensa. Los centrales han perdido algunas marcas y Varane ha aprovechado la situación para hacer un remate con la cabeza contra el cual Muslera no ha podido hacer nada. 0-1. Francia encontraba premio a su dominio.

Probar la propia medicina

Rendirse no era una posibilidad que contemplaba Uruguay. Que un país de tres millones y medio habitantes esté siempre entre los mejores del mundo no es casualidad ni se puede justificar con la calidad de sus futbolistas (que tienen, y mucha). Hay mejores plantillas que no tienen, ni de lejos, la misma competitividad que los charrúa. Daba igual que no contaran con uno de sus dos líderes ofensivos (Cavani). También que estuvieran jugando contra un combinado superior a ellos. Suárez y compañía no cederían el billete para las semifinales sin luchar.

El intento de reacción, no obstante, no ha tenido demasiado efecto. El juego de áreas ha dado vida a los de Tabárez durante todo el Mundial, pero hoy ha certificado su defunción. Una genial parada de Lloris a un remate de Cáceres ha sido el primer paso hacia casa de Uruguay. Un error de Muslera, el segundo y definitivo. Griezmann ha probado suerte desde fuera del área y el portero del Galatasaray se la ha tragado. Punto y final. Los sudamericanos se han disparado a su propio pie y han enterrado su sueño de volver a ganar una Copa del Mundo.

La media hora restante no ha servido más que para ver la extrema superioridad de Francia. Los de Deschamps saben a qué juegan, tienen muchas alternativas ofensivas en función del rival contra el cual se enfrentan y su despliegue físico los convierte en un conjunto especial. Entre la multitud, el brillo de Griezmann, la frivolidad de Pogba y la velocidad de Mbappé, los bleus ven en N'Golo Kanté un activo que será clave en las dos últimas pruebas antes de adjudicarse el título. "Tiene quince pulmones", lo elogió Pogba; "Está en todas partes", complementó Lucas Hernández. "Jugar con él es jugar con 12", sentenció Giroud. Nada más que añadir.