Es normal que cuando los culés saben que Lamine Yamal está lesionado y no puede jugar, vean los partidos del Barça con algo más de desgana. Una diferencia absoluta cuando está disponible y, encima, juega. De fútbol sabe mucho, también de hacer disfrutar al espectador, y cada vez demuestra el porqué nadie debería dudar de que es el mejor jugador del mundo. Y esta noche de Champions League en el Estadi Olímpic Lluís Companys, con resultado negativo para los culés, quien ha sufrido sus travesuras ha sido el PSG.
La magia de Lamine Yamal
Ya desde el primer minuto ha captado todos los focos del partido. Y en la primera oportunidad que ha tenido ya ha dejado muestras de su magia. Si delante tenía a un Nuno Mendes temible, físicamente casi insuperable y que seguramente es el mejor lateral izquierdo del mundo, en momentos ha parecido un juguete de un niño que se lo pasa muy bien cuando tiene el balón en los pies.

Una ruleta y un recorte para superar a tres rivales de golpe, varios pases con el exterior del pie para regalar oportunidades clarísimas a sus compañeros, siempre con calma y acelerando cuando tocaba para volver locos a los rivales, pero también sabiendo que se tenía que asociar y ayudar en defensa. De una jugada que el rival ha fallado, él ha recuperado el balón y la jugada ha acabado en gol del Barça. El PSG, totalmente trastocado con las jugarretas constantes que le estaba haciendo un niño de solo 18 años.
Sin embargo, si habíamos dicho que delante de él tenía a Mendes, el mejor en su posición, también se ha notado cómo cuando el catalán bajaba el ritmo, el portugués hacía lo que quería en ataque, una de sus grandes virtudes. Precisamente, Mendes ha generado el empate del PSG antes del descanso.

Lamine Yamal se queda sin gasolina
Y en el segundo tiempo le han cambiado el marcador, poniéndole a Lucas Hernández, porque Lamine Yamal había ganado el duelo contra Mendes, con tarjeta amarilla. Pero sus muestras de calidad han aparecido más con cuentagotas. Se ha visto que estaba más cansado y no ha aparecido tanto en el juego. Y esto también lo ha notado el Barça, que ha tenido más dificultades para atacar con sentido.
A Lamine Yamal, después de salir de una lesión y de unas semanas apartado de los terrenos de juego, se le ha acabado la gasolina. Era normal que pasara, pero nuevamente ha demostrado que es un futbolista especial y que marca las diferencias. Y no ha tenido miedo de hacerlo ante el campeón de Europa. Sin embargo, el Barça ha acabado perdiendo el partido en el tramo final.