La séptima etapa de la Vuelta ha ofrecido un recorrido exigente desde Andorra la Vella hasta Cerler, con dos puertos de primera categoría y dos de segunda que han marcado la jornada desde el primer kilómetro. Después de perder tiempo en la jornada anterior, Juan Ayuso se ha situado como protagonista de la etapa y ha demostrado que no se resigna a abandonar la Vuelta sin dejar huella.

Desde el comienzo, Ayuso se ha implicado activamente en la fuga con su compañero Jay Vine, que ganó la pasada etapa. La carrera ha registrado un ritmo intenso, con diferentes corredores que intentaban separarse del grupo principal, y finalmente se ha consolidado un grupo de una docena de corredores, entre los cuales había Pedersen, Quinn, Tejada, Nicolau y Frigo. En el Port del Cantó, con casi 25 km de ascenso, Ayuso ha atacado en solitario y ha marcado el ritmo de la carrera.

La fuga ha mantenido unos cuatro minutos de ventaja con respecto al grupo, mientras Bahrain Victorious ha controlado el ritmo de la carrera y Visma-Lease en Bike ha guardado fuerzas para el ascenso final. En el Coll de la Creu de Pervés y en el Coll de l'Espina, Jay Vine ha sumado puntos de montaña, mientras Ayuso y Frigo han seguido liderando con firmeza. El ambiente se ha cargado de tensión antes del ascenso final en Cerler, conscientes de que la primera llegada en alto podía marcar la etapa.

El increíble ataque de Ayuso y victoria en la etapa

Cuando ha empezado el ascenso a Cerler, Ayuso ha atacado a 10,7 km de meta y ha dejado atrás a Frigo, abriendo un margen sobre los perseguidores. Nadie del grupo de favoritos, incluido Joao Almeida, ha podido seguirlo. Ayuso ha atravesado la meta en solitario, celebrando un triunfo que ha recuperado su confianza después de la complicada jornada anterior. Frigo ha entrado segundo y Raúl García Pierna ha completado el podio, mientras los favoritos han llegado a 2 minutos y 35 segundos, sin que la clasificación general se viera alterada.

Esta victoria ha significado mucho más que una etapa para Ayuso. En solo tres días, ha pasado de perder minutos importantes a brillar en una llegada exigente. A pesar de no aspirar al maillot rojo, se ha impuesto con un ataque valiente e inteligente, consolidándose como un corredor capaz de hacerse notar en las grandes jornadas de montaña. Mientras tanto, los líderes de la general, como Torstein Traeen, que continúa primero, y Jonas Vingegaard, han gestionado la carrera con prudencia, dejando que la batalla por la etapa la jugaran los escapados.