El Balón de Oro dejó un sabor agridulce en el vestuario del Barça. Mientras Lamine Yamal y otros nombres copaban los focos, la quinta posición de Raphinha en la clasificación fue vista por muchos como un reconocimiento insuficiente. El brasileño firmó una temporada de primer nivel, decisivo en grandes partidos y con una regularidad que pocos pudieron igualar. Sin embargo, los votos no reflejaron del todo su impacto.
Dentro del equipo azulgrana, la sensación es unánime: Raphinha merecía más. Algunos de sus compañeros incluso lo sitúan entre los tres mejores del mundo en su posición. Para Flick, su papel es incuestionable y su importancia en el proyecto sigue creciendo. La sorpresa no fue tanto por el hecho de aparecer en el top 10, sino porque no se valorara como se esperaba su influencia ofensiva y su capacidad de trabajo.

Motivación extra para el brasileño
Lejos de tomarse el resultado como un golpe, Raphinha parece haber encontrado en este quinto puesto un motivo de orgullo y a la vez de motivación extra. El brasileño ya ha transmitido a su entorno y a sus compañeros que tiene ganas de seguir demostrando que puede estar entre los mejores del planeta. Esa ambición es la que Flick quiere aprovechar en un calendario cargado de retos, donde la competitividad interna será clave.
Flick, encantado con su reacción
El técnico alemán valoró muy positivamente la reacción de su futbolista. Flick conoce el carácter competitivo de Raphinha y sabe que este tipo de situaciones suelen sacarle lo mejor. El entrenador lo considera una de las piezas que no se discuten en su esquema y ve en su motivación renovada un plus que puede marcar diferencias en los próximos meses.

Raphinha no lo tendrá fácil. La irrupción de Rashford, el crecimiento de Ferran Torres y, por supuesto, la consolidación de Lamine Yamal, obligan al brasileño a estar en su mejor nivel cada semana. Pero lejos de verlo como un problema, él lo interpreta como un estímulo. Para Flick, esta competencia interna es oro puro.
El quinto puesto de Raphinha en el Balón de Oro ha sorprendido a muchos, pero en el vestuario culé la lectura es clara: será la gasolina perfecta para que el brasileño encare la temporada con aún más determinación. Flick lo celebra, porque sabe que contar con un Raphinha motivado puede ser una de las mejores noticias para un Barça que aspira a todo.