El FC Barcelona viaja este martes a Giuseppe Meazza con la esperanza de alcanzar la ansiada final de la Champions League, pero la historia, el contexto actual y un Inter de Milán intratable en casa parecen haber dictado ya una sentencia: será imposible ganar en el coliseo milanés. Ni el talento de Raphinha, ni los destellos de Lamine Yamal, ni la inteligencia táctica de Hansi Flick parecen suficientes para superar un reto que va mucho más allá del fútbol.
La eliminatoria llega empatada tras el 3-3 de la ida en Montjuïc, pero la sensación es que el Barça ha perdido la gran oportunidad. No solo porque dejó escapar una victoria clave como local, sino porque ahora debe vencer en un estadio donde nadie gana. El Inter de Milán no ha perdido en casa en Champions desde 2022, y su afición convierte Giuseppe Meazza en una caldera donde los errores se pagan al instante.

Los últimos precedentes no son positivos
A eso se suma una maldición histórica que persigue al Barça en las semifinales de Champions fuera de casa. En sus últimos cuatro desplazamientos en esta ronda, el conjunto azulgrana ha perdido todos los partidos. El más doloroso, sin duda, fue aquel 4-0 en Anfield en la temporada 2018-19, cuando ni siquiera el 3-0 de la ida bastó para acceder a la final. Aquella noche quedó grabada como uno de los peores fracasos recientes.
Tampoco se pueden olvidar los desastres de Múnich (2013) con un 7-0 global ante el Bayern, o el naufragio en Stamford Bridge (2012) contra el Chelsea. Incluso en el 2015, cuando el Barça fue campeón, cayó 3-2 en Alemania en la vuelta de las semifinales.

También hay razones para el optimismo
No obstante, en medio de todas estas dificultades, también encontramos precedentes positivos. En 2019, el Barça ganó contra el Inter en el Giuseppe Meazza en la última jornada de la fase de grupos. Entonces marcaron Carles Pérez y Ansu Fati para el Barça, y Lukaku para el Inter.
Asimismo, en 2009, el año del primer triplete, los culés salieron del Camp Nou en la ida de las semifinales contra el Chelsea con un empate a 0 goles, y acabaron clasificándose para la final. Por otro lado, en 2006, el rival en semifinales fue el AC Milan. Los culés ganaron allí en la ida (0-1) con gol de Giuly, antes de empatar a 0 en el Camp Nou para sellar el pase a la final de París contra el Arsenal.