En la memoria de todo el mundo, el Mundial de Fútbol 2022 será el Mundial de Messi. Lo ha ganado en una final como ninguna —ni las de 1950 y 1970, que ya es— donde su intervención ha sido determinante, concluyente, decisiva, categórica, soberbia. Como el resto del campeonato. Así se ve en las portadas de los diarios de Barcelona y Madrid. Sobre todo en los de Barcelona, que le han dado espacio principal y generoso, aunque El Punt Avui ha preferido abrir portada con una entrevista al conseller de Universitats, una decisión, digamos, original. (El chiste sería así: —¿Recuerdas cuando Messi, por fin, ganó el Mundial? —No, que yo leía El Punt Avui. Perdón. Es broma).

El hecho de que los diarios de Barcelona hayan metido más ruido que los de Madrid —salvo El País, ahora lo veremos— hace sospechar que unos y otros ven a Leo Messi como lo que realmente es: un futbolista Made in La Masia, como dice un tuit colgado en Twitter por el mismo Barça. Incluso The Economist, esa catedral del periodismo, en su crónica de la final, solo menciona al Fútbol Club Barcelona, "el club donde jugaba Messi" y no el actual, el PSG. Los amos del club francés, Qatar Sports Investments —mira por dónde—, ajo y agua, por usar una expresión más cortés que el famoso cañonazo de Maradona a sus críticos. También los que resisten a aceptar a Messi porque es marca Barça. Lo mismo los diarios que no dan al futbolista argentino el espacio y la posición en portada que se merece.

El País y La Vanguardia publican las mejores fotos de la cosa. Se ve a Messi en medio de una masa de aficionados, como un cuerpo de costaleros que lo lleva como un paso en procesión, mientras él levanta el trofeo con cara de luna llena. Esta imagen es la que da sentido a la decisión de abrir la portada con Leo Messi, porque sus alternativas —celebrando, abrazándose, besando una copa, feliz con la familia o vencedor en medio de sus compañeros— ya las habíamos visto todas. La de él victorioso sobre un mar de gente, su gente, nunca la habíamos visto, ni siquiera en Barcelona. Esta foto representa lo que Messi codiciaba más que nada, aquello que le faltaba y le convenía, "la coronación de su obra", como bien dicen El Punt Avui y El Mundo. Es el tipo de imagen que ensalzó a Maradona tras ganar el Mundial de 1986. Esta foto también expresa la razón por la que tantos deseaban que Argentina ganara el Mundial: no por afecto a la albiceleste o al país austral, sino por amor al jugador que nos ha regalado el mejor fútbol de la historia. Los culés, además, porque todavía les agobia el disgusto de no haber sabido quedárselo en el club que lo levantó. Made in La Masia.

Un detalle más para valorar la hazaña de Messi y compañía, incluido el cuerpo técnico que comanda otro Lionel, Scaloni. La selección francesa está valorada en más de 1.000 millones de euros, en comparación con los más modestos 645 millones de Argentina, según Transfermarkt, una web que publica resultados, fichajes, salarios de los jugadores, etcétera. Pues bien, la diferencia entre ambos valores la ha cubierto y superado la pasión de los argentinos: 50.000 seguidores de la albiceleste han viajado a Doha para la final, en comparación con los 10.000 seguidores de los Bleus de Francia, país mucho más rico y poblado. Con Messi, paradójicamente, ha ganado la gente.

BOLA EXTRA. Cuando el Partido Popular presenta recurso al Tribunal Constitucional para que impida deliberar a las Cortes españolas, el Congreso y el Senado, resulta que es para defender el estado de derecho y la democracia, respetar la separación de poderes, etcétera. Ahora bien, si lo hace el PSOE para evitar que intervengan en el caso dos magistrados del Tribunal Constitucional perfectamente alineados con el PP —no es ningún secreto que por eso se presenta este insólito recurso—, en este caso resulta que lo hacen con la oscura intención de poner la justicia al servicio del gobierno español, "apartar al presidente del TC" y dividir al alto tribunal. Así te lo presentan este lunes los diarios del Trío de la Bencina, en un destacable ejercicio de parcialidad. Al menos sabemos, porque lo explica El País, que la Fiscalía del TC se opone a las pretensiones del PP, igual que el letrado mayor del tribunal. Este lunes, más.

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