La pandemia lo es todo, claro. No se habla de otra cosa. ¿Pero y si sí? Casi un mes después de que la pandemia se haya convertido en el monotema, las portadas son impermeables a otros asuntos, que apenas si pueden morder un rincón de la primera página y ganar un poco de atención. ¿Cómo serían las portadas de hoy de los diarios de Barcelona (los de Madrid no se imprimen) si el coronavirus no existiera? Pues probablemente abrirían a toda castaña con el desbarajuste de la junta directiva del Barça, más todavía pensando que mañana domingo habría partido y con la perspectiva del Lunes de Pascua, día de la Mona.

¿Lo harían todos los diarios? ¿Puede hacerse una estimación de los que lo llevarían grande y de los que procurarían hacer pasar desapercibido el caso? Nunca se sabrá. Los enredos en Can Barça han tenido la misma suerte que Felipe VI y la casa real: la pandemia se lo traga todo y relega estos otros casos a páginas interiores. El asunto de las comisiones saudíes en Suiza ha pasado sin pena ni gloria y ahora mismo ni medio periodista debe estar ocupándose de la cosa. Hasta que acabe la pandemia, si te he visto no me acuerdo.

El caso de la junta directiva de Josep Maria Bartomeu es parecido. Eso ahorra a algunos diarios locales el dilema incómodo de cómo vender esta historia ("alguien ha metido mano en la caja") en portada. Tampoco tendrán que hacer contorsión alguna para proteger otros intereses. Y lo peor es que obliga a los críticos de portadas a hablar de portadas imaginarias.

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