El FC Barcelona vive un momento dulce tras una temporada 2024-2025 brillante en la que Hansi Flick ha devuelto al equipo al primer plano competitivo con un triplete nacional: Liga, Copa y Supercopa. Sin embargo, la eliminación en las semifinales de la Champions League dejó un sabor agridulce en el cuerpo técnico, que ya trabaja con determinación para reforzar ciertas posiciones clave de cara al próximo curso. Una de ellas es el extremo izquierdo, donde se buscan perfiles capaces de marcar diferencias en Europa.
En las últimas semanas han sonado nombres de primer nivel como Luis Díaz, del Liverpool, o Marcus Rashford, cuyo futuro en el Manchester United está en el aire. Sin embargo, uno de los ofrecimientos que más ha sorprendido en los despachos del Barça ha sido el del joven Alejandro Garnacho. El extremo argentino, de apenas 20 años, ha vivido una temporada irregular con Rúben Amorim, nuevo técnico del United, con quien ha tenido varios desencuentros en el tramo final de la campaña.
Garnacho, talento prometedor con sombras tácticas
Pese a su innegable talento y proyección, la respuesta de Flick ha sido clara y contundente: Garnacho no entra en sus planes. Fuentes cercanas al cuerpo técnico aseguran que el técnico alemán valora el desequilibrio del argentino, pero desconfía de su toma de decisiones y de su compromiso táctico, especialmente en contextos de alta exigencia. Flick busca extremos que no solo puedan desbordar, sino también integrarse en un bloque coral que ha demostrado funcionar bajo patrones muy marcados.
Además, la temporada 2024-2025 ha demostrado que el Barça de Flick necesita perfiles muy específicos en ataque: jugadores que entiendan el juego interior, que trabajen sin balón y que mantengan la estructura del equipo. En ese sentido, Garnacho es visto como un jugador demasiado vertical y anárquico, más propio de contextos de transiciones rápidas que del fútbol posicional que domina el Barça actual.
El Barça se centra en otros perfiles para el extremo
Con el nombre de Garnacho descartado internamente, el club sigue explorando el mercado en busca de una solución de mayor encaje. Luis Díaz gusta por su experiencia en grandes citas y su perfil asociativo, aunque su precio podría ser un obstáculo. Por otro lado, la opción Marcus Rashford es seguida de cerca, sobre todo si el Manchester United facilita su salida tras una temporada decepcionante a nivel colectivo.
Flick quiere un extremo que sepa competir en Europa, que comprenda el rigor táctico y que no altere la armonía de un vestuario que ha recuperado el hambre y la ambición. Garnacho, al menos por ahora, no encaja en ese molde. El Barça sigue firme en su hoja de ruta, priorizando la coherencia del proyecto por encima de las oportunidades de mercado.