Nico Williams quiere jugar en el Barça y no quiere que la operación se convierta en un culebrón veraniego. El extremo del Athletic Club tiene claro su futuro: ha alcanzado un acuerdo total con el conjunto azulgrana y solo falta que el club catalán pueda cerrar los flecos económicos necesarios para garantizar su inscripción en LaLiga. Pero Nico no quiere esperar indefinidamente.
No quiere un culebrón de verano
El futbolista internacional con España ha dejado claro a su entorno y al propio Barça que no está dispuesto a repetir lo del verano pasado, cuando varios clubes tantearon su fichaje y todo quedó en el aire hasta el cierre del mercado. Esta vez quiere que su futuro se resuelva antes de que empiece la pretemporada, que en el caso del Barça está prevista para mediados de julio bajo las órdenes de Hansi Flick.
La cláusula de rescisión de Nico Williams es de 60 millones de euros, una cantidad elevada pero asumible si el club consigue generar el margen de fair play financiero necesario. En este momento, el Barça trabaja intensamente en salidas y operaciones estratégicas para liberar masa salarial y conseguir recursos. Solo entonces podrá oficializar la llegada del extremo.
Nico no puede hacer más
Nico ya ha dado todos los pasos necesarios por su parte: ha dicho "no" a la Premier League, al Bayern de Múnich y a otras ofertas más lucrativas. Su deseo es jugar en el Camp Nou y formar parte de un proyecto joven y ambicioso, liderado por Flick y en el que coincidiría con su gran amigo Lamine Yamal, algo que también ha influido en su decisión.
En el Barça valoran muy positivamente la actitud del jugador, pero son conscientes de que el reloj corre. Joan Laporta y Deco están haciendo números para poder cerrar al menos una gran venta que allane el camino y dé luz verde al fichaje.
Por ahora, Nico ha fijado su límite: mediados de julio. Si para entonces el Barça no ha podido cerrar su inscripción, deberá tomar una decisión. Su prioridad sigue siendo vestirse de blaugrana, pero no quiere comenzar la temporada sin saber dónde va a jugar. Su entorno es consciente de que, si el Barça no actúa con rapidez, otras opciones volverán a llamar a la puerta.
El balón está en el tejado del club catalán. El fichaje está encarrilado, pero Nico Williams no esperará para siempre.