Como Adolf Hitler con los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 o Jorge Videla con el Mundial de fútbol de Argentina de 1978, el dictador fascista Benito Mussolini vio en el deporte una herramienta excelente de propaganda, hasta lograr, tras amenazas, la organización de la Copa del Mundo de 1934, que Italia ganó tras un cúmulo de escándalos arbitrales.

Lazio Mussolini Fototeca Storica Nazionale

Benito Mussolini no dudó en usar el deporte con fines propagandísticos / Fototeca Storica Nazionale

Il Duce, además, era un declarado seguidor de la Lazio, club fundado en 1900 con el blanco y el azul celeste como colores, en honor a Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos, y con el águila como insignia, en recuerdo de la antigua Roma imperial. Llegado al poder en 1922, Mussolini se declaró seguidor acérrimo de la Lazio, hasta el punto de autonombrarse socio de honor del club, marcando políticamente a la entidad para siempre, pues los ultras laziales nunca han escondido su ideología de ultraderecha y su estima por Mussolini.

La Lazio de las pistolas

El vínculo de los ultras de la Lazio con la extrema derecha se generalizó en la década de los 70, justamente con el primer equipo laziale que logró el Scudetto, en 1974, un conjunto que se denominó la Lazio de las pistolas, con Tomasso Maestrelli en el banquillo. Es la época de los anni di piombo (años del plomo), con una sociedad muy radicalizada y en los que la violencia callejera era el pan de cada día. Y aquel ambiente se trasladó al fútbol y, especialmente, a la Lazio.

Los 'Irriducibili' Twitter

Los 'Irriducibili', los ultras de la Lazio de ideología fascista, escindidos hace unos meses / Twitter

La plantilla estaba dividida en dos bandos muy marcados, los que apoyaban a Luigi Martini y los que eran de Giorgio Chinaglia, hasta el punto de usar vestuarios distintos y de que algunos empezaran a llevar pistolas encima que usaban, por ejemplo, para disparar a las piernas de los nuevos fichajes para comprobar si realmente eran seguidores de la Lazio. "Era un equipo de locos, salvajes y sentimentales, simpatizantes fascistas, pistoleros, jugadores de azar y bailarines de club nocturno, con dos vestuarios. Quien entraba en el vestuario erróneo, corría el riesgo de encontrarse con la amenaza de una botella rota bajo el cuello", explica Guy Chiappaverte, prestigioso periodista italiano autor del libro Pistolas y Balones. 

Giorgio Chinaglia, y todos sus seguidores, era próximo al Movimiento Social Italiano, de extrema derecha, lo que rápidamente le vinculó con los ultras de la Lazio, en claro proceso de politización. Primero fueron los denominados  Vikingos, dentro de los cuales, en 1987, nacieron los Irriducibili, que al poco de crearse empezaron a exhibir simbología fascista en los estadios de fútbol.

Ultras Lazio

Ultras de la Lazio mostrando banderas nazis y fascistas / Il Fatto Quotidiano

Los 'Irriducibili', los ultras fascistas de la Lazio

Entre el enorme número de incidentes lamentables protagonizados por los Irriducibili, son recordados el día que rechazaron la camiseta de Winter, jugador de la Lazio, por ser negro y homosexual, o el día en el que, en un derbi contra la Roma, mostraron una pancarta en la que se leía "Auschwitz es vuestra patria; los hornos, vuestras casas". En 2018, la Federación Italiana de Fútbol sancionó con 50 mil euros a la Lazio al considerar al club "objetivamente" responsable de las pegatinas antisemitas que aparecieron en el Estadio Olímpico, en las que se veía a la víctima del holocausto nazi Ana Frank vistiendo una camiseta de la Roma.

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Paolo Di Canio, exdelantero de la Lazio, haciendo el saludo fascista / La Gazzetta dello Sport

También tuvo problemas Juan Sebastián Verón, al que se le sugirió que se tapase el tatuaje del Che Guevara, o el israelí Eyal Golasa, que se fue a mitad de temporada por las presiones recibidas.

Y claro, también es muy recordada la vinculación de los Irriducibili con el delantero Paolo Di Canio, reconocido fascista, que en más de una ocasión protagonizó escenas lamentables de la historia del fútbol italiano; o con Mauro Zárate, que estando en la grada fue pillado haciendo el saludo fascista.

 

Romano Mussolini, el bisnieto del Duce que juega en la Lazio

Mauro Zárate, exjugador de la Lazio, haciendo el saludo fascista en la grada del Olimpico de Roma / La Gazzetta dello Sport

Tras años de acumular problemas y escándalos, el primer gran golpe para los ultras de la Lazio se produjo en 2013, cuando Fabrizio, Diabolik, Piscitelli, líder de los Irriducibili, fue detenido por tráfico de drogas y por su relación con el líder de la camorra napolitana Michele Senese. A Piscitelli se le incautan bienes inmuebles, automóviles de lujo y participaciones societarias por un valor total de unos 2,3 millones de euros. 

Seis años después, Diabolik fue asesinado con un tiro en la cabeza, en la periferia de Roma, y poco después los Irriducibili anunciaron su disolución.

El nombre de Mussolini vuelve al Olimpico

76 años después del fusilamiento de Benito Mussolini por parte del partisano Walter Audisio, el apellido del Duce vuelve a sonar relacionado con la Lazio. Y es que Romano Floriani Mussolini, bisnieto del dictador fascista, ha hecho su debut oficial con el equipo primavera del conjunto laziale. Romano, además, es hijo de Alessandra Mussolini, exdiputada en el Parlamento Europeo por Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. Además, es sobrino nada más y nada menos que de Sophia Loren.

romano floriani mussolini / Lazio

Romano Floriani Mussolini, bisnieto de Benito Mussolini, en un partido del filial de la Lazio / SS Lazio

Las curiosidades del destino quisieron que Romano Mussolini empezara su carrera futbolística en las categorías inferiores de la Roma, desde donde pasó al eterno rival, la Lazio. "Aquí me juzgan solo por la forma en la que juego, y no por mi apellido", explicó el lateral derecho al diario Il Messaggero. "¿Es su apellido un problema? Nunca he hablado con sus padres, nunca se han interesado por el rendimiento deportivo del chico. A mí no me afecta el apellido de quien se merece salir al campo", afirma Mauro Bianchessi, director de la academia de la Lazio. 

Ya falta menos para que un Mussolini juegue en el primer equipo de la Lazio. Il Duce estaría orgulloso. 

 

Imagen principal: la Curva Nord Lazio, donde se ubican los ultras de la Lazio / TyC