El Manchester United entra en crisis. Es muy temprano todavía para hacer afirmaciones categóricas sobre el futuro del faraónico proyecto de los 'red devils' pero después de encadenar la tercera derrota consecutiva, el futuro del United empieza a teñirse de negro.

Parece ser que José Mourinho no da con la tecla que haga funcionar un equipo pleno de estrellas y talento. El técnico portugués ha desembarcado en Old Trafford con dos objetivos: redimirse después de una desastrosa temporada con el Chelsea y devolverle el brillo a un club sumergido en la apatía más absoluta. De momento, no ha conseguido ninguno de los dos.

Un nuevo traspié

El United ha vuelto a perder (1-3). Y ya no es noticia en este inicio de temporada. Contra un Watford que había sumado sólo 4 de 12 puntos posibles, los de Mourinho han vuelto a naufragar. Esta vez, sin embargo, no han presentado batalla. El equipo entrenado por Walter Mazzarri ha pasado por encima de un desdibujado Manchester.

A Mourinho le quedan muchos frentes abiertos para resolver. Y lo más urgente es encontrar a los hombres adecuados para un sistema que parece inamovible: 1-4-2-3-1. Hoy, el técnico portugués ha vuelto a hacer cambios y probaturas. Con Pogba y Fellaini en medio del campo, ha prescindido de un jugador de creación para regalarle las bandas a dos futbolistas desequilibrantes pero faltos de criterio en la creación.

Los cambios han tenido el efecto contrario. El equipo se ha partido con mucha facilidad y el Watford ha aprovechado las dudas. Los del norte de Londres han hecho un partido correcto -sin más- y han puesto en mil y uno problemas en un equipo que sufre en exceso cuando tiene que llevar la iniciativa y ser protagonista.

Con la derrota, el United y Mourinho ya suman tres de manera consecutiva -Manchester City, Feyenoord y Watford- y disparan las alarmas, seis puntos por debajo del líder City. El entrenador portugués hacía 14 años -2002- que no perdía tres partidos seguidos. Un dato que ayuda a hacerse una idea sobre una racha inusitada.

El árbitro, culpable

Un viejo recurso que sale a escena cuando las cosas se tuercen. Los árbitros son la diana perfecto de un Mourinho que intenta justificar parte de su fracaso. Aunque los errores arbitrales tengan -o no- incidencia clara en el juego, el portugués las pone de relieve como un factor determinante.

"No hay debate ni dudas. Fue claro contra el City y lo ha sido hoy. Pero no puedo controlar ni ser crítico con eso. En los ojos de todo el mundo ha estado falta -antes del 1-0-, seas seguidor del United o del Watford. Los errores del linier y del árbitro no están bajo mi control", ha dicho Mourinho en la zona mixta del Vicarage Road. La vieja historia de siempre que en Old Trafford preferirían no escuchar.