El Real Madrid ha conseguido la segunda victoria liguera consecutiva en el Bernabéu después de superar al Eibar por 2 goles a 0. Los madrileños han vuelto a estar imprecisos de cara a portería pero han contado con la ayuda de dos errores defensivos visitantes para acabar sumando los tres puntos.

Al Madrid le costó alzar el vuelo como local: dos empates y una derrota en tres partidos no se acercan, ni de lejos, a sus registros habituales. Los de Zidane no encontraban la fórmula a pesar de practicar buen fútbol, y han necesitado que la inocencia del Espanyol y el Eibar le haya dado alas para volver a sonreír en su estadio. Y ahora el viaje ya vuelve a hacer su trayecto usual.

El Eibar, antídoto a los problemas de efectividad

Y es que hoy tampoco han sido excesivamente superiores a su rival. Excepto un disparo de Isco en el primer minuto de juego, los blancos han visto cómo la valentía y la osadía del Eibar les superaba e, incluso, les provocaba algo más que cosquillas. A los de Mendilibar les han sobrado los nervios y sólo les ha faltado ese punto sagaz que hace falta para sacar petróleo del Bernabéu. Y que alguien acompañara a Inui en los metros finales.

Aquellos equipos que han puntuado en el feudo madrileño, además, también han necesitado de una pequeña dosis de suerte para hacerlo. Y hoy el Eibar no la ha tenido. Los dos primeros tantos que ha encajado antes de la media hora de juego han venido precedidos por errores evitables: Oliveira se ha hecho un gol en propia rematando un centro de Asensio y Dimitrovic, portero visitante, se ha tragado un disparo del mismo delantero mallorquín. Ante los problemas de eficacia del Madrid, dos ayudas excesivamente benévolas.

Piedras lanzadas sobre el propio tejado. Balanza desequilibrada. Cristiano Ronaldo no aparecía, Isco no conseguía bailar sobre el terreno de juego como acostumbra a hacerlo y los aficionados echaban de menos a jugadores como Kroos, Benzema o Marcelo, esta jornada suplentes. Los jugadores del Madrid han tenido que hacer menos que nunca para superar a su adversario.

Cuestión de acierto

De hecho, cuando en la segunda mitad los blancos han querido ampliar distancias se han vuelto a tropezar con sus problemas a la hora de ver portería. Esta temporada, crean con facilidad pero finalizan con poca asiduidad. Y hoy los errores no se pueden atribuir ni a la precipitación ni a los nervios, pues la diferencia en el marcador ha construido un escenario idóneo para gustarse.

Sí que ha influido, seguramente, el tener de cara el partido desde bien temprano. En una reanudación de trámite, los dos conjuntos han mostrado voluntad de querer cambiar las cosas. Los locales lo han hecho gracias a un remate cruzado de Marcelo después de una buena combinación colectiva, mientras que el Eibar no lo ha podido hacer como consecuencia de su poca profundidad y su poca inspiración en los metros finales.

Los tres puntos vuelven a colocar al Real Madrid en la tercera posición de la Liga Santander, sólo por detrás del Barça y el Valencia. A pesar de no brillar, los de Zidane ya han alzado el vuelo en el Bernabéu y eso les permite no perder la pista de sus rivales en la lucha por el título. La próxima semana, un Girona muy necesitado probará la competitividad blanca en Montilivi.