Robert Lewandowski ya ha despejado cualquier duda sobre su futuro inmediato. El delantero polaco, referencia ofensiva del FC Barcelona, ha transmitido a sus compañeros más cercanos, entre ellos Lamine Yamal, que seguirá una temporada más en el club. Todo apunta a que será su último año vestido de blaugrana, y quiere que sea recordado por algo grande: levantar la Champions League.
Un objetivo claro: la Champions
A sus 36 años, Lewandowski sabe que su carrera en la élite se acerca a su final. Sin embargo, la ambición sigue intacta. El polaco ha confesado internamente que su gran motivación es dar al Barça una Champions antes de despedirse. Siente que el equipo ha dado un salto de calidad con los refuerzos de este verano y que Hansi Flick puede ser el técnico que les devuelva a lo más alto de Europa.
Lamine Yamal, Raphinha, Pedri, Gavi… el polaco cree que el talento joven que le rodea puede marcar la diferencia. La llegada de Flick ha supuesto un estímulo especial para Lewandowski. Ya la temporada pasada se vio la mejor versión del delantero, y para esta segunda el técnico alemán ha diseñado un plan para que el polaco juegue más liberado, recibiendo balones en zonas más favorables y con menos desgaste físico.
Esto, unido a la presencia de extremos veloces como Lamine Yamal y Raphinha, puede devolver a Lewandowski a sus mejores cifras goleadoras. En los primeros entrenamientos y amistosos de la pretemporada se le ha visto más fresco, más participativo y, sobre todo, con un feeling especial con los más jóvenes.
Último baile en el Camp Nou
El propio Lewandowski es consciente de que este podría ser su “último baile” con el Barça. No ha cerrado la puerta a ofertas futuras —especialmente de ligas exóticas—, pero ahora mismo su mente está únicamente en dar lo mejor de sí mismo en la 2025/26.
Fuentes cercanas al vestuario aseguran que el delantero ha asumido también un rol más paternal con los jóvenes, especialmente con Lamine Yamal, a quien considera clave en el presente y futuro del club.
Un año para dejar huella
Lewandowski no quiere que su etapa en el Barça se recuerde solo por sus goles, sino por un título grande que devuelva al club a lo más alto. Con la Liga, la Copa y la Supercopa ya en su palmarés, la Champions es la obsesión que le mueve. Y con un equipo rejuvenecido, un entrenador con ideas claras y un vestuario que cree en él, el polaco afronta la que podría ser su última temporada en Barcelona con una motivación desbordante.
El mensaje a Lamine Yamal y compañía es claro: va a por todas. Y si es su último año, quiere que sea el más grande.