Un gol de Leo Baptistao en el tiempo de añadido ha permitido al Espanyol más gris rescatar un empate en su visita al Ciutat de Valencia. El Levante se había adelantado con un penalti inexistente y sigue en caída libre: los valencianos encadenan quince jornadas consecutivas sin conocer la victoria y no ganan en su estadio desde el 21 de septiembre.

Renuncia a Europa

El Espanyol cerraba los ojos y empezaba a soñar con Europa. Los malos resultados y el pobre juego del equipo en las últimas semanas quedaron diluidos entre la nieve, el frío y la victoria contra el Madrid... Y milagrosamente sólo tres puntos fueron suficiente para comprar los billetes para subir al tren que tiene la Europa League como destino.

No era fácil y había pasajeros con muchas más posibilidades de llegar a la última parada, pero ya era mucho que después de la poca continuidad que han tenido los de Quique durante este curso todavía hubiera alguna posibilidad. La Liga está muy ajustada y este hecho es una clara prueba. Los conjuntos suman puntos poco a poco y eso también lo demuestra que un equipo que llevaba catorce jornadas sin ganar (y cinco meses y medio sin conocer la victoria en casa), el Levante, todavía no se encontrara en posiciones de descenso.

La segunda parada del viaje era un Ciudad de Valencia en depresión. Más allá de los resultados, el Levante, en caída libre, no genera una sensación de rebelión ante la situación actual. Con un juego voluptuoso pero apático al mismo tiempo, los valencianos basan sus oportunidades en aprovechar los errores defensivos de sus rivales. Hoy, sin embargo, eso les ha servido para tener ocasiones más peligrosas que su contrincante.

Una dosis de la cruda realidad ha despertado al Espanyol del sueño. Las pocas ideas ofensivas se han traducido en una indolencia impropia de un equipo que quiere acabar entre los siete primeros clasificados. Un día más, centros laterales y poco más. Quique dijo en la rueda de prensa previa al partido que el compromiso de hoy era una oportunidad para cambiar la temporada. Se podía escoger entre viajar a Europa o quedarse en tierra de nadie. Se ha preferido la segunda opción. Examen de ambición suspendido.

A contracorriente

El Levante no ha necesitado hacer prácticamente nada para adelantarse en el marcador y animarse de cara el final del partido. Sólo con un penalti en el minuto 55 (riguroso y, además, con fuera de juego previo de Rober Pier), los locales han tenido suficiente para marcar contra los catalanes. Morales no ha perdonado desde los once metros y el Espanyol ha ido a remolque contra uno de los equipos en peor forma del fútbol español.

El tanto ha motivado la reacción de los pericos, que instantáneamente se han hecho con el control de la pelota y han seguido intentando hacer daño desde las subidas de sus laterales. Los cambios de Quique (Melendo y Jurado) no han tenido influencia en el juego, pero aun así sí que lo han tenido en el resultado.

Y es que levantarse tarde no ha acabado pasando demasiada factura. Jurado se ha inventado un centro preciso a Leo Baptistao y el brasileño ha salvado un punto en el último momento. Hoy, sin embargo, el empate no puede tener sabor a victoria: Europa sigue alejándose y el juego del equipo sigue dejando mucho a desear. El Levante, por su parte, sigue sin levantar cabeza.

Aparte del resultado, el viaje a Valencia ha dejado dos noticias malas en términos de lesión. Sergio García, que tenía que empezar el partido como titular, no ha podido hacerlo por culpa de unas molestias en el calentamiento; Y Diego López se ha llevado la peor parte en un choque con Sadiku y ha tenido que ser trasladado al hospital para ser sometido a pruebas médicas.