Kilian Jornet no se cansa nunca de desafiarse a sí mismo. Lo ha demostrado en infinidad de ocasiones. Con 37 años, sigue buscando nuevos retos que lo hagan salir de su zona de confort. Y ahora ya se está preparando para volver a la Western States 100, una de las pruebas más emblemáticas del ultratrail que se disputa en California en unas condiciones de calor extremas. Son 160 kilómetros con 5.500 metros de desnivel positivo y 7.000 de negativo. Un reto bastante diferente de los que ha protagonizado a lo largo de su carrera, pero de los más ambiciosos.

"No corro para ganar. Voy a la Western porque es un reto entrenar para la carrera"

Porque Kilian Jornet está habituado a entrenarse en las áridas montañas de Noruega. Ahora tiene que cambiar el frío por el calor, además de habituarse a un terreno totalmente diferente. Ahora bien, Jornet ya ha asegurado que él no correrá para ganar, sino que por todos los alicientes que rodean este reto. En una entrevista concedida a Rac1, el deportista natural de Sabadell ha revelado cómo es su entrenamiento para prepararse para la carrera de California: "Pongo la calefacción a 45 grados y me entreno durante horas allí dentro".

"Pierdo hasta dos kilos por sesión, así que bebo agua con sodio, unos tres gramos por hora", ha explicado también un Kilian Jornet que en un vídeo publicado en sus redes sociales revela también lo que ha cambiado desde que ganó la Western States 100. "Hace 15 años simplemente salía a la montaña sin pensar en entrenamientos. Hoy lo tengo que hacer todo más específico", ha detallado el catalán. Así y todo, Jornet sigue utilizando la montaña como refugio emocional: "Una o dos veces por semana hago salidas por placer. Es parte del equilibrio mental".

Kilian Jornet mira más allá de la victoria

Así, California y el calor serán los desafíos para un Kilian Jornet que ha demostrado mil veces que no tiene límites. Lo demostró subiendo los 82 picos de 4.000 metros de los Alpes o subiendo y bajando el Everest dos veces en plena pandemia, la segunda en solo 17 horas. Ahora cambiará de hábitat natural, pero a buen seguro que mantendrá intactos su naturalidad y su espíritu de lucha que lo han convertido en un icono del deporte mundial. Sobre todo teniendo en cuenta que el paso del tiempo no parece afectar su rendimiento.