Frenkie de Jong vive semanas decisivas para su futuro. El centrocampista neerlandés acaba contrato con el FC Barcelona en junio de 2026, pero desde el club ya han acelerado las gestiones para cerrar cuanto antes su renovación. Sin embargo, la respuesta del jugador ha sido clara: quiere esperar. De Jong no tiene prisa por firmar y prefiere mantener todas las opciones abiertas, consciente de que su situación deportiva puede cambiar rápidamente.
Y es que, a pesar de que Hansi Flick siempre le ha transmitido confianza y lo considera una pieza importante, el neerlandés sabe que la competencia en el centro del campo es más alta que nunca. Gavi ha regresado con fuerza, Dani Olmo ha llegado para tener un rol protagonista, Pedri es intocable, y por detrás aprietan jóvenes como Bernal y Marc Casadó. El overbooking es evidente, y De Jong es perfectamente consciente de que su estatus ya no es intocable como lo fue en temporadas anteriores.
La presión del Barça
Desde los despachos, Joan Laporta y Deco trabajan con una idea clara: renovar a De Jong antes de que pueda negociar con otro club. No quieren repetir el escenario de incertidumbre vivido con otros jugadores importantes en el pasado. Pero las conversaciones no están siendo sencillas. De Jong no tiene prisa, y aunque públicamente ha dicho sentirse feliz en Barcelona, su actitud refleja cierta cautela.
El jugador quiere ver cómo evoluciona su papel con Flick. Sabe que el técnico alemán busca un centro del campo muy dinámico, y que apuesta por la juventud y la versatilidad. Gavi, Pedri y Dani Olmo encajan perfectamente en ese perfil. Si a eso se suman los minutos que puedan tener los canteranos, el margen de error para Frenkie se estrecha.
Una amenaza interna… y ofertas externas
Además del ruido interno, De Jong también está atento al mercado. Equipos de la Premier League, especialmente el Manchester United, no han perdido de vista su situación contractual. El neerlandés siempre ha sido un perfil cotizado, y si no renueva pronto, el Barça podría verse obligado a tomar decisiones drásticas.
El entorno del jugador asegura que Frenkie quiere seguir, pero no a cualquier precio. Quiere sentirse importante, jugarlo todo y tener estabilidad. Pero el club le exige un compromiso inmediato, también para ajustar su salario dentro del nuevo contexto económico del equipo.
Por ahora, la renovación está en pausa, y en el vestuario, De Jong empieza a notar el aliento de los que vienen por detrás. Flick tiene confianza en él, pero si no responde desde el inicio, la amenaza es real. Y Frenkie lo sabe.