El Real Madrid retoma la competición liguera este domingo con su visita al Getafe, en un momento donde las bajas defensivas obligan a Xabi Alonso a improvisar. Sin Rüdiger, Huijsen, Carvajal ni Alexander-Arnold, el técnico ha decidido apostar por Raúl Asencio como acompañante de Éder Militao en el eje de la zaga. Una decisión lógica desde lo numérico, pero que no despeja del todo la sensación de fragilidad que transmite la defensa blanca en los últimos encuentros.
En el vestuario, nadie ha hecho declaraciones públicas al respecto, pero el lenguaje corporal y la dinámica de grupo revelan matices. Thibaut Courtois, meticuloso en la coordinación defensiva, se muestra más comunicativo y seguro cuando juega con centrales de mayor experiencia. Con Asencio, en cambio, su actitud es más prudente, más de guía que de compañero consolidado. No es desconfianza abierta, pero sí la percepción de que aún falta solidez y sincronía.

Un relevo necesario, pero con reservas
La situación de Huijsen es parecida. Pese a seguir lesionado, el joven defensa ha estado cerca del grupo durante los entrenamientos y se percibe su implicación con la línea defensiva. Desde fuera, entiende que Asencio debe aprovechar la oportunidad, aunque su propia competencia directa por el puesto hace que siga con atención cada detalle. En su entorno, se comenta que el neerlandés-italiano espera recuperar cuanto antes su lugar, convencido de que puede ofrecer una fiabilidad que el equipo necesita.
Asencio, por su parte, sabe que está en una prueba importante. Su nivel en las últimas apariciones ha sido irregular, con errores de marcaje y problemas de posicionamiento que han minado la confianza del cuerpo técnico. No obstante, Alonso lo considera una pieza útil, capaz de adaptarse y ofrecer una salida limpia desde atrás, aunque todavía le falte contundencia en los duelos.

Xabi Alonso busca estabilidad en plena tormenta
La visita al Coliseum Alfonso Pérez llega en un contexto exigente: tras el parón de selecciones, el Real Madrid encara una semana decisiva con choques ante Juventus y Barcelona. Alonso sabe que no puede rotar demasiado y que cada elección defensiva será observada con lupa. Por eso, más allá de los nombres, busca una defensa que transmita calma y cohesión, algo que en los últimos partidos ha faltado.
El desafío, en definitiva, no pasa solo por resistir las ausencias, sino por reconstruir la confianza interna. Courtois y Huijsen no han dicho nada, pero sus gestos hablan: ambos se sienten más seguros con estructuras conocidas, más estables. Y eso, en el Madrid de octubre, es tanto un mensaje como una advertencia.