El Girona gana con sufrimiento contra el Getafe gracias al gol de Christian Stuani y llega hasta los 23 puntos en la Liga (1-0). La victoria, más trabajada que lucida, sitúa a los gerundenses sextos, en posiciones de Europa League, a la espera del Celta de Vigo-Villarreal.

Stuani no tiene precio

Un codazo de Cala sobre Portu a los treinta segundos ha marcado la tónica del partido. Mucha intensidad y poco ritmo. El Getafe, un especialista en rentabilizar sus armas, llegaba a Montilivi en la misma situación que el Girona, a un punto de Europa. Los madrileños dominan el arte del fútbol subterráneo y convierten en signo de identidad las protestas, reiteradas, al árbitro.

Stuani ha vuelto a hacer de maestro de ceremonias. Y ha recibido al Getafe con otro gol. A los cinco minutos, el delantero uruguayo ha rematado a placer un centro de Johan Mojica. Noveno gol en la Liga. Quinto gol de cabeza. El '7' del Girona es el mejor '9'.

La afición respondía al llamamiento del club y llenaba las gradas en el primer domingo en Montilivi. El 1-0 ha calentado los ánimos en Girona. Pero el paso de los minutos los ha enfriado. Los de Machín no han sabido aprovechar el empuje del gol y el Getafe, sin hacer nada del otro mundo, ha empezado a ganar metros gracias a Jorge Molina.

Los madrileños pisaban el área de Bono pero tenían el punto de mira desviado. Molina disparaba fuera y Timor, que repetía como central al lado de Juanpe y Jonas Ramalho, sufría mucho por contener las carreras de Amath. Las ocasiones, en las dos porterías, se podían contar con los dedos de una mano. El silbato del árbitro ha sido la banda sonora que ha acompañado a los dos equipos hasta los vestuarios.

El Girona se hace mayor

El Atlético de Madrid, el Betis o el Alavés ya han castigado la falta de oficio del Girona en esta temporada. Los gerundenses han visto como se le escapaban puntos entre las manos, pero hoy ha sido diferente. Stuani ha hecho temblar el palo de Guaita. Con otro remate de cabeza.

El partido ha subido de temperatura. Y la chispa que ha encendido el fuego ha sido una jugada antideportiva del Getafe, que se ha negado a devolverle la pelota al Girona. Entre entradas duras y tarjetas amarillas, Borja García ha caído lesionado y Machín ha optado por reforzar la defensa con la entrada de Bernardo.

Los madrileños han cambiado el guion, apostando por el juego directo. Y les ha funcionado. El Girona, para conservar la ventaja, ha dado un paso atrás, pero ha seguido sufriendo. El público jugaba su carta. Y el equipo lo necesitaba. Aguantar 10 minutos tenía premio: tres puntos.

La afición ha celebrado cada posesión, cada falta y cada rechazo como una pequeña conquista. El Girona defendía con el cuchillo entre los dientes y luchaba contra su pasado más reciente. Y ha salido victorioso. El 1-0, en el último partido del año en Montilivi, lo deja en Europa. Un día para enmarcar.