Semana movida en Girona. El lunes los aficionados gerundenses se despertaban con la noticia que Juan Carlos Unzué dejaba el banquillo gerundense y su lugar lo ocuparía el barcelonés Juan Carlos Moreno, integrante hasta entonces del cuerpo técnico de Unzué. Bajo las órdenes del nuevo entrenador el conjunto gerundense no ha sido capaz de conseguir los tres puntos y se ha tenido que conformar con un empate en casa delante del Alcorcón (0-0) fallando en el último minuto de partido, un penalti y dando una imagen no muy diferente de la que había ofrecido con el ya el exentrenador Unzué.

Control sin gol

El Girona ha saltado al césped de Montilivi, que presentaba una muy buena entrada en una mañana soleada, inmejorable para jugar a fútbol, convencido que tenía que romper con las sensaciones negativas delante de un Alcorcón, segundo mejor visitante de la categoría, y hacer bueno el tópico futbolístico que dice: entrenador nuevo, victoria asegurada. Los de Moreno han cogido las riendas del partido y han marcado los tempos desde los primeros minutos. Con aproximaciones por la banda izquierda a cargo de Samuel Sáiz, los gerundenses han buscado continuamente centrar balones al punto de penalti que encontraran en su punta de lanza, Stuani.

El uruguayo ha sido un dolor de cabeza durante todo el partido para los defensas del conjunto madrileño. Los rojiblancos han recuperado tímidamente, la personalidad sobre el terreno de juego que en tantas ocasiones habían podido ver los aficionados gerundenses cuando el equipo estaba en Primera División.

El control y la solidez mostrados por el Girona durante la primera parte se han disuelto en la segunda, donde ninguno de los dos equipos ha podido conseguir el dominio claro de la pelota hecho que ha provocado algún susto por parte de Dani Romera, delantero cedido por el Cádiz, cuando en un par de ocasiones ha ganado la espalda de la defensa catalana. A pesar de no tener el control, el Girona no ha perdido la cara al partido y lo ha seguido intentado. Los de Moreno lo han probado pero con poca clarividencia y efectividad. Los ataques de los catalanes eran una constante de imprecisiones.

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Stuani también falla

El Girona iba y lo probaba, sí, pero con más corazón que cabeza. En el último minuto de partido buscando el gol a la desesperada los catalanes se han encontrado con un penalti. A Maffeo le ha caído un rechace, en el vértice del área, ha controlado, ha recortado, y de manera torpe Oscar Arribas lo ha derivado dentro del área. Stuani ha tenido la gloria en sus pies para dar la victoria al conjunto gerundense pero ha lanzado la pena máxima directamente al palo izquierdo de la portería madrileña, fallando así su primer penalti (hasta ahora había marcado los 13 que había tirado) y dejando a todos los aficionados con las manos en la cabeza y lamentándose de la oportunidad perdida.

Ni el resultado ni la actitud del equipo en la segunda parte hacen pensar que Juan Carlos Moreno pueda revertir la tendencia negativa que se vive en Montilivi. La directiva tendría que ser consciente el problema existente va más allá de los resultados. La persona que hagan sentarse en el banquillo tendrá la obligación de recuperar la actitud, la intensidad y la personalidad que los catalanes habían mostrado en campañas anteriores. Si se sigue por este camino, el anhelo de volver a primera se desvanece cada día más.