La temporada 2003/04 fue histórica para el Werder Bremen. Y es que el conjunto alemán logró un doblete legendario, la Bundesliga y la Copa. Una de las estrellas del aquel equipo era Ivan Klasnic, que a partir de la siguiente temporada formaría una dupla temible, la "doble K", formada por el delantero croata y Miroslav Klose. Ambos serían claves para lograr la Copa de Alemania del 2006.
Ivan Klasnic estuvo 8 temporadas en el Werder Bremen, marcó 77 goles en 205 partidos, pero salió del club alemán de la peor manera posible, en los tribunales. En el mes de enero del 2007, se informó que el delantero croata había sufrido una insuficiencia renal, por lo que necesitaba con urgencia un riñón. El primer trasplante lo recibió de su madre, pero su cuerpo lo rechazó, y después recibió un riñón de su padre, que resultó ser todo un éxito. Después de 6 meses de baja, Klasnic pudo volver a jugar a fútbol e incluso disputar una Eurocopa, aunque en el 2008 decidió iniciar una batalla legal contra el Werder Bremen, al culpar a los médicos de su dolencia.

Una grave negligencia médica
La historia de Ivan Klasnic se ha convertido en un documental producido por ARD titulado Hirschhausen und der Schmerz, en el que se relatan las negligencias médicas que le provocaron un gravísimo problema de salud. Tal y como explica el exdelantero, los médicos del Werder Bremen le recetaron "Voltaren y diclofenaco" para paliar sus dolores renales, una decisión nefasta que empeoró sus problemas nefríticos. "Es difícil dejar de tomar la medicación para poder rendir. Creo que ningún deporte profesional puede practicarse sin analgésicos. Si hubiera sabido que tenía problemas, no habría tomado la medicación", recuerda Klasnic.
Y es que los problemas de Klasnic no terminaron ahí. En septiembre del 2016, el riñón trasplantado de Klasnic falló y su vida estuvo en serio peligro. Un año después, el croata fue sometido a un tercer trasplante de riñón, con el que sigue a día de hoy.
Indemnizado por el Werder Bremen: 4,5 millones de euros
Finalmente, en el 2020 Klasnic ganó la batalla legal y tuvo que ser indemnizado con 4,5 millones de euros, una cifra importante, pero para el croata insuficiente. "Por supuesto que estoy enfadado. No se lo deseo a nadie lo que he pasado. Cualquier dinero que hayas recibido no te devolverá la salud", enfatiza.
Retirado del fútbol en el 2013, Klasnic tiene ahora 45 años, aunque es consciente de que todo puede cambiar de un día para otro, por lo que intenta disfrutar del momento. "Quién sabe cuánto tiempo viviré. Tienes que estar agradecido, aunque esté enfermo y tenga que tomar pastillas, de que aún puedes vivir esta vida".