Las buenas notas que el Espanyol ha ido obteniendo regularmente a lo largo del curso permiten que los blanquiazules no tengan que acudir a los exámenes finales este año, pero algunos descalabros sufridos durante momentos puntuales del mismo han imposibilitado al equipo acabar luchando por el excelente. Con la salvación sobradamente alcanzada y, ahora ya sí, sin posibilidades matemáticas de jugar en Europa la próxima temporada, los hombres de Quique visitan Riazor sin más objetivo aparente que seguir compitiendo como siempre; no jugarse nada no puede ser ninguna excusa.

El mismo entrenador perico ve en el partido contra el Deportivo una oportunidad para demostrar que el hambre de sus jugadores va más allá de optar o no a las plazas europeas. La próxima temporada todavía queda lejos temporalmente, pero el hecho de haber hecho los deberes con tanta antelación permite ir preparándose para lo que tiene que venir en un proyecto muy capaz e ilusionante; permite empezar antes de tiempo un camino que promete emociones fuertes y dificultades diversas al mismo tiempo.

En frente, un Deportivo que no ha sido aplicado durante buena parte de la temporada y ahora necesita correr a última hora para evitar tener que ir a las recuperaciones o, incluso, repetir curso. Y aunque con un punto en tres partidos tendría suficiente para conseguirlo (con la excepción que gallegos, Sporting de Gijón y Leganés empataran a 33 puntos), los de Pepe Mel tienen bastantes motivos más para dejarse la piel. Y más si no quieren seguir alimentando la insatisfacción de su afición.

Prohibido jugar sin tensión

Como Piatti, el resto del equipo lo tiene claro: "No iremos a pasear a ningún campo". La tranquilidad de la situación se puede traducir en minutos para jugadores poco habituales (como Álvaro Vázquez, que jugó su último partido hace un mes, en San Mamés) o probaturas en la formación del equipo, pero no tiene que tener consecuencias en términos de intensidad y sacrificio. Acabar bien una gran temporada sería la mejor forma de dar la bienvenida a la que vendrá.

Además, el partido puede servir a los blanquiazules para olvidar la derrota, en la última jornada, contra el Barça. El 0 a 3 que los blaugrana consiguieron en Cornellà hizo daño pero no tiene que acabar manchando una temporada notable, y el mejor antídoto para combatir contra la derrota es reponerse con tres puntos. Para intentarlo hacer, Quique podrá contar con Rubén Duarte pero no lo podrá hacer con Javi López ni Aarón Martín, lesionado y sancionado respectivamente.

La permanencia no tiene que esconder una mala temporada

En Coruña las cosas no han ido bien y la clasificación lo refleja a la perfección. Es cierto que lo más probable es que el Deportivo se mantenga en la Liga Santander, pero aunque se consiga no habrá demasiado a celebrar. Ahora ya no valen excusas, sin embargo, y el objetivo de la salvación no es negociable. Albentosa, Sidnei, 'Luisinho', Joselu y Mosquera son baja y no estarán a disposición de Pepe Mel.