El Espanyol de Rubi ha debutado en la Liga Santander con un valioso empate ante el Celta de Vigo en Balaídos (1-1). Los goles de Hermoso y David López en propia portería han acabado repartiendo los puntos en un debut con poco fútbol.

Poco físico y dos goles

Pocas acciones de peligro en un estreno con una gran exigencia física. Por ser el primer partido oficial de la temporada y por jugarse en unas condiciones que han requerido dos intervenciones para la hidratación de los jugadores, tanto el Espanyol como el Celta han demostrado una falta de fondo.

Un match en el cual los dos banquillos estrenaban entrenador. Por una parte, debutaba Rubi, que ha dado una gran imagen a lo largo de toda la pretemporada blanquiazul ganando los seis partidos que disputó. De la otra, Antonio Mohamed, casi desconocido en Europa, pero gran conocedor del fútbol sudamericano y que ha sabido adaptarse a la filosofía del Celta.

Una primera parte sin muchas ocasiones, la ha dominado un conjunto gallego que ha llegado en contadas acciones a la portería de Diego López. El Espanyol, con una presión estéril a la salida de balón celtista, no ha sido capaz de crear peligro.

A pesar del poco acierto ofensivo de ambos equipos, ha sido el conjunto de Rubi quien ha golpeado antes del descanso. Mario Hermoso ha recogido un balón muerto dentro del área a la salida de un córner. La ha controlado con el pecho y ha chutado donde el portero Sergio Álvarez, sin visión, no podía llegar.

El guion de la segunda parte no ha cambiado. El Celta proponía y el Espanyol resistía. Hasta que en el minuto 52, un centro de Júnior Alonso desde la banda izquierda lo ha desviado David López y, después de tocar en el palo, ha entrado en la portería.

Rubi aporta soluciones ofensivas

El gol del Celta, ha provocado que se vivieran, sin duda, los mejores momentos del Espanyol. Primero, Borja Iglesias, silbado en Balaídos por las incendiarias declaraciones prepartido (exjugador del Celta), ha dispuesto de dos ocasiones para volver a adelantar a los blanquiazules.

Después, Rubi ha movido el banquillo, y sin temor, ha planteado un final de partido ofensivo. Con movilidad entre líneas y rápidos al contragolpe los pericos han querido crear, pero sin acierto en los últimos metros.

Ninguno de los dos equipos ha controlado la recta final del partido. Cualquier detalle podía variar el resultado, pero un intercambio de golpes marcado por las buenas actuaciones en defensa de ambos conjuntos no ha conseguido decantar la balanza, ni siquiera las jugadas a balón parado. Un resultado justo que obliga a pensar ya en la próxima jornada.