El pasado sábado, un seguidor del Barça sacó una pistola de fogueo en la zona de aficionados del Espanyol en el RCDE Stadium. "Yo disparé en Cornellà. Llevaba una pistola de fogueo. No puse a nadie en peligro pero encañoné a los seguidores del Espanyol porque me sentía amenazado y disparé dos veces", reconoce Manuel Pérez, el seguidor del Barça, en una entrevista publicada en El Periódico.

Unos disparos que según afirma el responsable tuvieron lugar cuando Luís Suárez marcó el primer gol del partido. "Marcó Suárez y enseñé la camiseta del Barça. Entonces se acercaron unos 60 ultras del Espanyol. Tuve miedo y disparé", ha explicado Pérez en una entrevista este miércoles por la noche en la cadena Cope. Una información que contrasta con la que facilitó el club blanquiazul, que afirma que cuando marcó el delantero blaugrana, Pérez ya estaba detenido. De hecho, el informe policial dice que fue entregado a los Mossos d'Esquadra a las 20.51, cinco minutos más tarde de haber empezado el partido.

Esta, sin embargo, no es la única versión que difiere. En la entrevista en El Periódico, el detenido explicó que había entrado el arma en el RCDE Stadium escondida en el pantalón. "Me registraron la mochila que llevaba pero no me cachearon. Tenía la pistola escondida entre el ombligo y el pantalón". En cambio, en la entrevista en la cadena Cope, Pérez ha afirmado que "no llevaba la pistola escondida a la hora de entrar en el estadio. La llevaba con el resto de las cosas que llevaba para ir a la playa". Dos versiones de la misma historia, la de como Pérez consiguió entrar una pistola en un campo de fútbol en un partido de alto riesgo, como es un derbi entre Espanyol y Barça, y más en un momento donde la alerta terrorista es máxima.

En estas dos entrevistas, Pérez sí que ha coincidido en explicar por qué razón llevaba el arma encima: "Antes del partido estuve en la Rambla. Siempre que voy allí llevo una pistola porque no me fío de nadie". Además, Pérez reconoce que mezcló alcohol con medicación ya que, según ha contado, sufre una depresión crónica y toma tranquilizantes varias veces al día: "Bebí alcohol. Sé que no tendría que haber mezclado alcohol con medicamentos", añade Pérez.

Después de los incidentes del domingo, Pérez fue dejado en libertad con cargos por el juzgado de guardia y está obligado a presentarse los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado.