El PSG no hace prisioneros en el mercado de fichajes y tiene en el FC Barcelona a su víctima favorita. En 2017 ya se llevó del Camp Nou a uno de los lingotes del dorado tridente que tenía el conjunto blaugrana con la operación Neymar. Lo hizo, precisamente, pagando su peso en oro, asestando un golpe muy duro al orgullo culé, pero dejando en las arcas del club los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión.

Dejando la administración de estos aparte, la traición de Neymar se queda corta al lado de la deserción de Ousmane Dembélé. El francés, recordemos, tenía una cláusula de rescisión de 50 millones de euros durante los meses de junio y julio de la que él y su representante, Moussa Sissoko, se embolsarían la mitad. Esta, al cambiar el calendario a 1 de agosto, aliviaba al Barça porque volvía a ser de 100 millones de euros, pero el 'clan Dembélé' y el Paris Saint-Germain apalabraron su traspaso, haciendo valer las condiciones vigentes durante el periodo de 'rebajas'. Finalmente, la operación se ha cerrado por 50,4 millones.

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Neymar, en su presentación como futbolista del Paris Saint-Germain / Foto: EFE

Dembélé reta a un pulso y muerde la mano que le daba de comer

Sin duda, movimiento cínico, frío y calculador por parte de Sissoko y de Dembélé, pero la película todavía tomaría un rumbo hacia un desenlace peor cuando el Barça encajara la sorpresa. La postura de la entidad catalana, en todo momento, era la de mantener a su futbolista en plantilla, pero Dembélé, que había tomado la decisión antagónica, apostaría por repartirse 25 millones de euros con su agente, dejando los otros 25 millones al Barça. Finalmente, según informa el diario Sport, después de unos días de duras negociaciones, el Barça ha logrado llevarse 35,4 millones, más de lo previsto, dejando solo 15,4 para el jugador.

El club, en ese entonces, al considerar que ni el jugador ni su representante habían seguido de manera correcta los pasos para activar la cláusula bimensual, pediría el abono de más del 50% de los 50 millones que pagará el PSG por él. No obstante, Dembélé y Sissoko, en un nuevo alarde de codicia, se cerrarían en banda, negándose rotundamente a ceder un euro.

El ex del Borussia Dortmund llegó al Camp Nou a cambio de 140 millones de euros y, después de actitudes poco profesionales, horarios y dietas ajenas a las costumbres de un futbolista y, sobre todo, lesiones propiciadas por estos malos hábitos, Dembélé ha decidido marcharse. Ha decidido marcharse, retando a un pulso y mordiendo la mano que le dio de comer, la mano que lo tuvo entre algodones, concediéndole paciencia durante sus innumerables lesiones y, en nombre de toda la afición, exculpándolo del tira y afloja para decidir si renovaba o no su primer contrato en can Barça. El barcelonismo dejó atrás el ostracismo de su estrella y los silbidos que merecidamente le propinaba y dio paso a los aplausos y a la entonación al unísono de la Marsellesa con su nombre. Todo, para esto.

Neymar dejó cerca de 200 millones de euros más

Mirando a la evolución de ambos casos, lo cierto es que Neymar merece una estatua en el Camp Nou si se le compara con Dembélé. El brasileño, aparte de una Champions League y de un rendimiento a la altura de los tenores que le acompañaban en la 'MSN', dejó cerca de 200 millones de euros más con su salida. Acabó arrepintiéndose, veremos con Dembélé.