El FC Barcelona mantiene su hoja de ruta para el mercado de fichajes de este verano. Y una vez encarrilada la incorporación del portero Joan Garcia, el siguiente objetivo es claro: reforzar el extremo izquierdo. La dirección deportiva, con Deco al mando, tiene tres nombres sobre la mesa: Nico Williams, Luis Díaz y Marcus Rashford.
Como siempre, desde el Barça han deslizado los nombres en la prensa. Y es que el club catalán nunca ha sabido guardar en secreto cuáles son sus objetivos en los mercados de fichajes. Un problema que suele traducirse en subidas de precios.
El Barça pasa la responsabilidad a los futuribles
Sin embargo, en esta ocasión, la dirección deportiva azulgrana ha sabido darle la vuelta a la situación. El club ha decidido que sean los propios futbolistas quienes den el primer paso y faciliten las condiciones necesarias para que su fichaje sea viable, dada la situación económica actual del Barça.
Luis Díaz destaca como el primero en la lista de prioridades del cuerpo técnico. El colombiano, de 28 años, se adapta perfectamente al estilo que quiere imponer Hansi Flick. Sin embargo, el Liverpool ha cerrado la puerta de momento. La única vía viable es que el futbolista convenza a su club para negociar una salida bajo condiciones flexibles, como un pago aplazado, algo indispensable para que el Barça entre en la puja.
Luis Díaz, Nico Williams y Marcus Rashford tendrán que mover ficha si quieren jugar en el Barça
El plan B, cada vez con más posibilidades de ser el plan A, es Nico Williams, de 22 años, cuya cláusula asciende a 62 millones de euros. Una cantidad que el Barça tendría que abonar de golpe. Sin opciones de pactar plazos con el Athletic Club, todo depende del jugador: debería renunciar a un salario superior que ya le ofrecen el Arsenal y el Bayern de Múnich, y además tratar de forzar un gesto de su club. Su excelente relación con Lamine Yamal es una baza que juega a favor, pero no soluciona el principal obstáculo: el dinero.
En el caso de Marcus Rashford, de 27 años, hay antecedentes que permiten cierto optimismo. Ya se ofreció al Barça en el pasado, aceptando incluso una reducción salarial. El problema es otro: convencer al Manchester United de que le deje marchar por una cantidad razonable o mediante una fórmula de cesión con opción de compra, lo que se ajustaría mejor a la situación económica del club blaugrana.