Ni mucho menos el nombre de David Gaudu aparecía en las quinielas para esta Etapa 3 de la Vuelta a España, pero el francés ha sido el más pillo en los últimos metros para, tras un interior, imponerse al sprint a Mads Pedersen y a Jonas Vingegaard.

Aunque el del Team Visma ha podido mantener el maillot rojo, las 2 horas, 59 minutos y 24 segundos que ha tardado Gaudu en cubrir los 134,6 kilómetros que separan San Maurizio Canavese y Ceres le han colocado colíder con exactamente el mismo tiempo que Vingegaard. Por su parte, uno de los que sí que era candidato a la victoria, Giulio Ciccone, se encuentra en la tercera posición en la clasificación general a 8 segundos.

La Vuelta se adentra en suelo francés

No tardaría en identificarse la primera fuga de la última etapa íntegra en suelo italiano. Sean Quinn, Alesandro Verre, Luca Van Boven y Patrick Gamper saldrían de San Maurizio Canavese escopeteados. Los controlaría uno de los claros candidatos a la victoria de este lunes, Pedersen, al frente del equipo Lidl, pero serían el líder de montaña, el italiano y el estadounidense quienes sobrevivirían para desmarcarse a 2 minutos y 21 segundos en el Issiglio (5,8 kilómetros al 6,5%).

Con Carlos Verona con la bandera del pelotón, el grupo llegaría a un Quinn fundido a escasos 19 kilómetros de la localidad de Ceres. Se ponía la cosa emocionante. La etapa se adentraba en su tramo decisivo, el pelotón se comprimía con los que se habían escapado y se multiplicaban el nombre de los candidatos a la victoria.

Gaudu sorprende en un final fantástico

Con el Lidl preparándose para culminar el trabajo del día, Ciccone se anticiparía para lanzar a Pedersen, pero cuando el danés ya empezaba a saborear la victoria, con nadie delante suyo antes de los últimos metros, Gaudu se sacaría del bolsillo un adelantamiento de pillo. Por el interior, en la última curva y arrebatándole la cartera al danés. De esta manera, el ciclista galo se erigiría en el fantástico ganador de esta tercera etapa de la Vuelta, igualando así el tiempo de un Vingegaard que, a pesar de no querer asumir aún que es el rival a batir de la competición, sigue manteniendo el rojo.

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