El Manchester City ha superado al Newcastle por la mínima en la cuarta jornada de la Premier League (2-1). Un golazo de Kyle Walker al inicio de la segunda parte ha sido suficiente para llevarse los tres puntos y seguir la estela de los equipos de la parte alta de la clasificación. A pesar de la victoria en el Etihad Stadium las sensaciones de los locales no han sido las de los primeros partidos de la temporada.

La cuarta jornada de la Premier se presentaba asequible para el Manchester City, que recibía a un Newcastle que tan sólo había sumado un punto, en el campo del Cardiff. Los de Pep Guardiola necesitaban sumar si no querían ver cómo el Liverpool y el Chelsea, con cuatro victorias, empezaban a abrir hueco. A pesar del once ofensivo del City, con Silva, Mahrez, Sterling, Gabriel Jesús y Agüero, superar al conjunto de Rafa Benítez no ha sido una tarea fácil.

Los equipos pequeños se hacen grandes

Quizás adelantarse tan temprano ha perjudicado a los citizens. En el minuto siete, después de una salida decidida de los locales, Raheem Sterling ha convertido el primer gol del partido con un disparo cruzado desde fuera del área. Pero los equipos pequeños se hacen fuertes cuando juegan con un rival de entidad, una máxima extrapolable a muchas otras competiciones. El Newcastle no ha hecho caso del gol encajado y se ha propuesto complicar la vida a su rival. En el minuto treinta, Yedin ha rematado desde el punto de penalti un centro plano de Rondón. Primera ocasión para las 'urracas' y primer gol. Efectividad pura y dura.

El empate ha provocado incertidumbre y errores en el City. Y tal como ha acabado la primera parte ha empezado la segunda. Los de Guardiola han necesitado a Kyle Walker para desatascar un partido que no parecía nada controlado, a pesar de conservar la posesión y proponer los ataques. El lateral inglés ha utilizado su gran virtud: el disparo lejano. Un latigazo desde la frontal del área para marcar su primer gol con el City. Justamente lo que su equipo necesitaba.

Pero los citizens no se fiaban y hacían méritos para el 3-1. El Newcastle, sabedor de que si se mantenía firme dispondría de una ocasión para el empate, tampoco se ha rendido. A pesar del esfuerzo, los de Benítez han sido incapaces de conseguir lo que hubiera supuesto un punto importantísimo. El City, por su parte, no ha cerrado el partido y ha provocado que el Etihad acabara pidiendo la hora y celebrando el resultado final.