Las estadísticas del Gran Premio de Mónaco ya lo decían: de 69 ediciones que se han disputado en toda la historia, 59 victorias han caído a favor de alguno de los tres primeros pilotos de la parrilla de salida. Y así ha vuelto a ser. Charles Leclerc ha dominado de principio a fin 'su' carrera de casa y ha coronado un fin de semana perfecto para el piloto monegasco. Oscar Piastri ha conseguido mantener la segunda plaza y Carlos Sainz ha subido al tercer escalón del podio.

Como siempre en las calles de Montecarlo, la sesión de clasificación es más de la mitad de la carrera y la estrategia es prácticamente el resto. La salida accidentada sumada al ritmo lento que han imprimido los pilotos, han ofrecido un espectáculo soporífero en el que apenas se han podido ver dos adelantamientos sobre el asfalto. Fernando Alonso ha remontado hasta la onceava posición y Ma x Verstappen, muy crítico con la carrera, ha terminado en sexto lugar. 

Gran susto de Checo Pérez y los Haas tras la primera curva

El buen arranque de Carlos Sainz no tuvo premio. Salía muy bien el piloto de Ferrari, que incluso llegaba a tomar la delantera antes de la primera curva, hasta que metros después se tocaba ligeramente con Oscar Piastri. El australiano defendió muy bien su posición y dejaba algo dañado el coche del piloto madrileño, que sufría un pinchazo y veía como su amigo Lando Norris se le echaba encima. Sin embargo, el británico no iba a tener tiempo de adelantar a Sainz antes de que apareciera una bandera roja en el circuito.

En la parte de atrás de la parrilla, los dos Haas y Checo Pérez daban el susto con un fuerte accidente que dejaban al piloto de Red Bull sin coche: el monoplaza quedaba completamente destrozado, perdía el morro y tres de las cuatro ruedas. En un intento de adelantamiento en la subida al Casino de Montecarlo, Magnussen tocaba la rueda posterior derecha del mexicano y le hacía salir disparado hacia las barreras del circuito. Tras un impacto fortísimo, Checo se llevaba por delante a Hülkenberg y le hacía trompear, dejando a ambos Haas y el Red Bull fuera de la carrera antes incluso de completar la primera vuelta. 

El 'trenecito' de Mónaco se ralentizó más de lo esperado

Casi una hora después de la primera salida, los coches se volvían a colocar en las marcas de la parrilla para un segundo inicio sin los tres afectados y tampoco sin Ocon, que retiraba su coche tras un toque con su compañero de equipo. A pesar de cambiar los neumáticos, en esta ocasión los pilotos se mostraban mucho más conservadores y las posiciones apenas variaban. El 'trenecito' habitual de Montecarlo no tardaba en formarse y la carrera se ralentizaba muy por debajo de lo esperado (4 segundos más lenta que en las previsiones), dando inicio a un juego de estrategias.

Norris se dejaba ir, conducía como un turista por Mónaco y dejaba hueco con el tridente de cabeza de carrera para enfriar sus neumáticos y su motor. El piloto de McLaren se preparaba algo distinto a los tres pilotos de cabeza, buscando sorprender en una carrera sin emoción. Fernando Alonso, que había conseguido escalar hasta la 12ª posición, también frenaba toda la hilera de coches que le perseguía para cubrirle la espalda a su compañero Lance Stroll y ofrecerle una parada gratis. Tanto se frenó el ritmo, que los pilotos de cabeza llegaron a doblar a Tsunoda, octavo. 

No hubo emoción en una carrera que apenas regaló dos adelantamientos en pista

Apenas un toque de Norris contra el guardarraíl, un amago de graining en las ruedas de Sainz y un pinchazo de Stroll intentaban animar un espectáculo soporífero. "Esto es realmente aburrido, debería haber traído mi almohada", comentaba Max Verstappen por radio. Nula emoción en Mónaco, para variar, hasta que llegaron las paradas en boxes. 

Hamilton sería el primero en parar e intentaba agitar la carrera. El inglés activaba el modo martillo, Verstappen reaccionaba pintando los sectores de morado y Norris aceleraba buscando protegerse la espalda. El neerlandés se protegía del undercut lanzado por el heptacampeón y, entre tanto, Bottas y Stroll regalaban al público dos adelantamientos en pista. Parecía que la carrera cogía ritmo y que en la zona noble de los puntos habría algún cambio, pero todo quedó en eso: un simple intento.    

Las vueltas transcurrieron sin ningún incidente ni ningún tipo de emoción. George Russell consiguió aguantar las embestidas de Mad Max con unos neumáticos mucho más gastados, mientras que Leclerc, Piastri, Sainz y Norris aguantaron con los neumáticos duros durante 77 de las 78 vueltas. Algo que sería sorprendente en cualquier otro circuito, pero no en Mónaco, donde adelantar es prácticamente imposible. Tanto es así, que Daniel Ricciardo consiguió ganar en 2018  con 160 caballos menos que sus perseguidores Sea como sea, Il Predestinato   ha podido, por fin,  romper esa mala racha en casa y subirse a lo más alto del podio para celebrar una victoria en 'su' carrera.