Una exhibición de Karim Benzema ha sido el detonante de la goleada del Real Madrid contra el Eibar (1-4). El francés ha participado activamente en los cuatro goles con un doblete, una asistencia y una gran jugada. El Madrid recupera sensaciones gracias al fondo de armario y afronta el partido de Champions contra el Nápoles con otro aire.

Muchos cambios

Zinedine Zidane hacía gala de la profundidad de banquillo y daba la alternativa a la segunda unidad en un día en que el Madrid no se podía permitir tropezar. Con Cristiano Ronaldo y Gareth Bale viendo el partido por la televisión, Marco Asensio y Lucas Vázquez han sido los escuderos de Benzema. James Rodríguez ha hecho descansar a Toni Kroos. Nacho Fernández y Danilo a Marcelo y Dani Carvajal.

Las dudas que generaba el once de Zidane contra un rival físico, que basa su juego en el desgaste y en las idas y venidas, se han desvanecido en sólo un cuarto de hora. El Madrid ha entrado mucho más enchufado al partido, consciente del valor de los tres puntos después de los últimos partidos con mejores resultados que fútbol. Sin Ronaldo ni Bale, Karim Benzema ha lucido más que nunca. El delantero francés ha explotado todos sus recursos, a menudo minimizados cuando juega al servicio del portugués y el galés.

Con el equipo creyendo en Benzema como estrella y referente, el Madrid ha encontrado el camino hacia el gol. Un centro de Asensio ha acabado en el 0-1 y una jugada en pelota parada en el 0-2. Los dos goles, de Benzema. Sólo se habían jugado 25 minutos y el Eibar tenía el partido prácticamente perdido. En la siguiente jugada de ataque, los blancos han enterrado cualquier intento de rebelión. James ha hecho el tercero gracias a un pase de Benzema. El delantero francés había sido decisivo en los tres goles.

Mejora sustancial

El Madrid de los últimos partidos pecaba de indolencia. Era incapaz de generar ocasiones claras de gol a través de la posesión y se le hacía un mundo tener que llevar la iniciativa. El equipo sufría en exceso cuando tenía que correr persiguiendo la pelota, tal y como pasó contra el Villarreal y Las Palmas. Hoy, los blancos se han reencontrado gracias a no negociar ningún esfuerzo. Han encontrado el talento a base del sacrificio. Los goles han sido consecuencia inevitable de las diferencias entre los dos equipos. El Madrid ha igualado al Eibar en despliegue físico y la calidad individual ha marcado las diferencias.

Con el 0-3 se ha llegado al descanso pero el marcador se volvería a mover en los segundos 45 minutos. Benzema, en una jugada por enmarcar, ha puesto en marcha un contragolpe para que Asensio hiciera más grande la herida. El joven mallorquín siempre aprovecha las pocas oportunidades de Zidane y ve portería con mucha facilidad.

El 0-4 ha llevado al Madrid a pensar en la Champions. Los blancos afrontan el próximo martes la vuelta de los octavos de final contra el Nápoles en Italia y tienen que defender el 3-1 de la ida. La eliminatoria no está cerrada y Benzema y Modric se han ahorrado los últimos minutos (intranscendentes) de partido. En una jugada aislada, el Eibar ha sido capaz de maquillar el resultado con un gol de Rubén Peña. El 1-4 hace justicia con lo que se ha visto sobre el césped de Ipurúa. El Madrid recupera sensaciones gracias a los suplentes y a la versión más genial de Benzema.