Hubo un momento para el Barça en el que la victoria parecía desde fuera que no era obligatoria. Todos sabíamos que iba a ganar. Y lo que se hacía era apostar por cuántos goles vencería. Días en los que la gente iba tranquila al Camp Nou y que salía con una sonrisa de oreja a oreja, como aquella noche de febrero en la que el València, el mismo rival de hoy, se llevó un 7-0 en la Copa del Rey.

El triunfo es obligatorio esta noche (20.30h.). Y el apoyo del Camp Nou, una exigencia. Es un partido con tensión por lo último que ha pasado, pero también porque están en juego tres puntos en la Liga, la competición que Johan Cruyff decía que había que ganar siempre, porque te daba la oportunidad de volver a jugar la Champions. Sólo vale vencer. Sólo vale apoyar.

Nadie ha ganado nada

No es momento para el reproche. Ni para el miedo. Las derrotas no cuentan. De todo lo importante que resta en la temporada nadie ha ganado nada. Ni en Inglaterra, ni en Alemania, ni en España. Eso sí, cada uno sabe ya lo que no ganará.

La afición del Barça no se puede sentir inferior a ninguna otra porque su equipo no esté en las semifinales de la Champions. Ninguno de los cuatro que han pasado tiene un título asegurado. El Bayern de Pep Guardiola goza de una buena renta en la Bundesliga y seguramente no la dejará escapar. Atlético y Real Madrid dependen de lo que haga el Barça, pero sino ganan la Champions ni la Liga no tendrán ni el consuelo de la Copa. Y al Manchester sólo le queda eso: lo más difícil.

Urge la recuperación anímica

Necesita el Barça encontrarse otra vez con la victoria. Urge la recuperación anímica del equipo, que sólo pasa por confiar en la misma medicación que lo llevó a jornadas de éxito, a ganar la Supercopa de Europa, a sentirse campeón del mundo y a sumar un total de 39 partidos sin conocer la derrota. Volver a sonreír, volver a ver a todo el equipo abrazado, sentir el cántico de "olelé, olalá, ser del Barça és el millor que hi ha", saborear los goles del tridente. Mirar a Messi levantar sus brazos al cielo en esa celebración de un gol. Ver feliz a Neymar disfrutando con sus regates y contagiarse del orgullo que muestra Luis Suárez cada vez que marca un gol. Todo eso es necesario esta noche para continuar soñando con ganar la Liga otra vez y conquistar un doblete.

El adversario es el València, pero nada será como aquel partido de ida de la Copa en la que se llevó un saco de siete goles. Tiene un nuevo entrenador, Paco Ayestarán, que ha preparado el encuentro diciéndoles a sus jugadores que "sois mejores de lo que lo habéis hecho y tenéis la oportunidad de crecer en el escenario perfecto".

Sequia de goleadores

Si en el Barça Messi acumula cinco partidos sin marcar, el artillero y capitán del València Paco Alcácer suma 9 partidos, 730 minutos, sin celebrar un gol. Parece un duelo a la baja, pero no. Es verdad que el València tiene más a ganar que a perder, y que en el Barça la ecuación es al revés. De ahí la importancia del partido.