Fue Inda, el mismo que vestido de periodista dijo un día que a Messi había que pararlo por lo civil o por lo criminal. Y el mismo que se inventó las cuentas bancarias en Suiza del ex alcalde Trias. Pues al final tendrán que encarcelar también a Neymar. Será la única forma de detener las victorias del Barça, el club que durante un tiempo fue llamado el brazo armado de Catalunya, y que hoy quieren desmembrarlo a punta de juicio. El Barça recuperó su etiqueta de campeón en la Champions, en Glasgow. Volvió a vencer al Celtic.

“Bravo Ney”. Fue el grito de guerra que Luis Enrique le envió al brasileño a mediados del primer tiempo y después de crear un pase de oro a Leo Messi para que el mejor jugador del mundo tocara el balón como quien acaricia una mujer vestida de seda y colocar el 0-1 en Glasgow. Sublime.

La cabeza del brasileño

Ney podía haber salido con la cabeza en otro sitio, pensando en la cárcel, no sólo de él, sino también en que la petición del fiscal español pide prisión también para su padre, imaginándose sin un euro o un real brasileño porque lo que quieren es que desaparezca del mapa y arruinarlo. Ese es el castigo por haber preferido al Barça antes que al Real Madrid. ¿O es que hay algún ingenuo barcelonista –Jordi Casas, por ejemplo- que piensa que todo este acoso y derribo al Barça se estaría viviendo si Ney hubiera fichado por el club blanco? No. Seguro.

Pero Neymar es futbolista, y como Messi, y casi todos los futbolistas, con la excepción de Piqué, lo que más le gusta es estar en el campo con el balón, regatear, hacer paredes, asistir a un compañero, marcar goles. Y donde hoy debe estar más tranquilo, pensar sólo en fútbol es en el campo, jugando, divirtiéndose con su Barça o con su Brasil.

Messi define

Y con el Barça encuentra compañeros que están en la misma situación, como el propio Messi, el mayor contribuyente del fisco español, sobre el que también pesa la amenaza de cárcel para su padre. Y Messi también es un futbolista que lo que mejor hace lo construye con un balón a sus pies.

El Barça, no obstante a todos los acosos extradeportivos que tienen sus estrellas, jugó en Glasgow un partido más serio y concentrado que los que había hecho contra el Manchester City y frente al Málaga en el Camp Nou.

Luis Enrique compuso la línea defensiva que más le gusta: Sergi Roberto, Piqué, Mascherano y Jordi Alba; un mediocampo donde sólo le faltaba Iniesta al que sustituyó por André Gomes que sigue sin dar lo mejor que tiene. Y delante tuvo a los tres tenores: Messi, Suárez y Ney.

El Celtic, al que el Barça en el Camp Nou le endosó un 7-0, también fue un equipo más agresivo en su casa, y llegó a tener un par de oportunidades para marcar, pero demostró ser inocente. Pese a llevar seis partidos sin recibir un gol, a los 24, una gran jugada que enlazó un centro de Suárez, un pase de Alba a Ney y una asistencia sublime del brasileño a Messi, significó la puesta en marcha del paso del Barça a los octavos de final como primero de grupo.

Ya se sabe que hace tiempo el mejor whisky ya no sale de las destilerías escocesas. Ahora el mejor, dicen los entendidos, se envasa en Canadá. Y en fútbol, aunque tuvieran algo que ver con este invento, Escocia dejó de meter miedo hace tiempo.

El Barça dominó el partido, y aunque Neymar estuvo nervioso en los últimos minutos y se ganó una amarilla que le impedirá jugar el último partido de la fase de grupo, el equipo mantuvo el tipo en un campo donde el ManCity había empatado.

Tuvo más tranquilidad el equipo blaugrana en cuanto Messi convirtió el penalti cometido por Eizaguirre sobre Luis Suárez que significó el 0-2.

Messi, el otro amenazado por el fisco español, contribuyó al triunfo no sólo con los dos goles sino también en estar omnipresente. Por la derecha, por la izquierda, en el medio, adelantado, en todas partes. Será por eso que tanto a él como a Neymar los quieren frenar ya sea por lo civil o por lo criminal.

Los goles

0-1 Messi 24'

0-2 Messi 55'