Hoy no ha sido un día de entrenamiento normal para los jugadores del Barça. Los futbolistas de Valverde se han entrenado ante la mirada de los más pequeños en una jornada de diversión y entusiasmo. Las estrellas blaugrana han abandonado su propia constelación alejada de la realidad para hacer vibrar la afición culé.

Desgraciadamente, que los aficionados (y, para que engañarnos, los periodistas) puedan disfrutar de un entrenamiento en directo del Barça es algo poco habitual. El hermetismo propio de la máxima categoría futbolística ha alejado a los protagonistas de los seguidores y jornadas como las de hoy permiten que, sobre todo los más pequeños, puedan sentirse más cerca de sus ídolos. Que cualquier muestra de afecto de los jugadores fuera celebrada prácticamente como un gol por el Miniestadi es una clara prueba de la situación actual que vive el deporte rey.

Más que un entrenamiento (calificarlo como tal sería sobrevalorarlo), lo que han hecho hoy los hombres de Valverde ha sido una cabalgata en que los niños les han mostrado su veneración. Como es habitual en las últimas temporadas, en can Barça los Reyes han llegado con antelación. La gran temperatura (impropia del mes de enero) y el ambiente festivo se han armonizado con el buen momento del equipo para dibujar un escenario alegre. Ni rastro de la oscuridad de los días posteriores a la derrota estrepitosa contra el Real Madrid en la Supercopa de España.

Rei Messi

El fútbol ha quedado de lado en una cita en que, como no podría ser de otra forma, Messi ha sido el gran protagonista. Los aficionados han dedicado cánticos a prácticamente todos los jugadores (incluso a Paulinho, que en pocos meses se ha ganado a los culés, y Valderde, cuyo gran trabajo no pasa desapercibido), pero el astro argentino ha sido el centro de todas las miradas. Aparte de sus evidentes cualidades futbolísticas, el '10' tiene el don de levantar pasiones esbozando una simple sonrisa. Y todo lo hace acompañado de su mejor (e inseparable) amiga: la pelota.

Una vuelta de calentamiento suave, estiramientos, algunos rondos y un juego de posesión es un balance escueto para tratarse del entrenamiento de un equipo profesional. Los jugadores que este jueves fueron titulares en Balaídos han abandonado antes de tiempo la sesión y no han podido participar en el gran aliciente, el partido en campo reducido que se ha realizado para concluir el espectáculo. Un partido que, evidentemente, ha ganado el equipo de Messi y que ha servido para ver algunos detalles significativos.

Se compite como se entrena

Dembélé ha ido de menos a más y a pesar de empezar un poco perdido ha acabado dejando detalles de calidad para el escaparate y ha combinado bien con Messi y Suárez (quien, por cierto, en los entrenamientos también lucha como nadie); Ter Stegen ha confirmado su buen momento con grandes paradas; Jordi Alba se ha mostrado más inspirado que nunca a nivel goleador; y Deulofeu, una vez más, no ha tenido suerte de cara a portería. La frase "se compite como se entrena" es muy cierta.

Entre sonrisas y complicidades, el Barça ha cerrado el tradicional entrenamiento a puertas abiertas de las fiestas navideñas con una vuelta de honor. Los 12.346 aficionados blaugrana que se han desplazado al Miniestadi han podido acercarse a sus héroes (aunque sea por un día) y los de Valverde se olvidan de la diversión para pensar en el exigente mes de enero que les espera. No hay tregua. El Barça cierra el escaparate, se fija en el Levante (próximo rival en la Liga) y vuelve al hermetismo esperando que el 2018 le depare muchas alegrías en forma de títulos. Hasta el próximo año.