El FC Barcelona consiguió una victoria sufrida por 2-1 ante la Real Sociedad en Montjuic, pero más allá del marcador, el partido dejó varias lecturas importantes para Hansi Flick. Una de las más comentadas fue la apuesta del técnico alemán por dar la titularidad a Dro, el joven centrocampista de apenas 17 años que viene pidiendo paso desde la pretemporada.
El talento de la cantera azulgrana ya había llamado la atención de Flick durante la gira veraniega, donde dejó destellos de calidad y madurez impropia de su edad. Esa buena impresión le abrió las puertas del primer equipo, y el duelo contra la Real Sociedad fue su primera gran oportunidad como titular en un encuentro oficial de gran exigencia.

Una primera parte discreta
Sin embargo, la prueba no salió como Flick esperaba. Dro estuvo impreciso en la circulación de balón y algo perdido en la presión alta, dos aspectos fundamentales en el esquema del técnico alemán. Aunque no cometió errores graves, su actuación fue demasiado discreta para lo que se pide en un equipo como el Barça.
Consciente de la necesidad de dar un paso al frente en la segunda parte, Flick decidió hacer un cambio drástico en el descanso: sentó a Dro y dio entrada a Dani Olmo. La decisión fue interpretada como un aviso claro para el joven futbolista, que deberá mostrar mucho más carácter y personalidad si quiere consolidarse en la élite.
Flick, exigente pero convencido
A pesar de la sustitución, Flick mantiene su confianza en Dro. El entrenador alemán ha reiterado en varias ocasiones que le ve un futuro enorme y que tendrá muchos minutos esta temporada, sobre todo teniendo en cuenta las lesiones que han mermado al centro del campo. Sin embargo, también dejó claro que vestir la camiseta del Barça exige un nivel de concentración y rendimiento constante que no admite concesiones.

Un aprendizaje necesario
La situación de Dro recuerda a la de otros canteranos que dieron el salto muy pronto al primer equipo y tuvieron que afrontar momentos difíciles antes de asentarse. La presión es enorme, pero también lo es la confianza que el club deposita en él.
El partido ante la Real Sociedad puede convertirse en un punto de inflexión para el centrocampista. Si asume el reto y logra elevar su nivel, Flick le abrirá la puerta a ser una pieza importante en la rotación. El mensaje está claro: el talento está, pero en el Barça se necesita mucho más.