Lo han leído bien. El Atlético de Madrid ha derrotado esta madrugada a su eterno rival, el Real Madrid, después de endosarle siete goles que pasarán a la historia (3-7). Normalmente se suele decir que en los partidos de pretemporada el resultado no es importante, pero lo cierto es que el correctivo que ha recibido el conjunto de Zinedine Zidane removerá todos los estratos del Santiago Bernabéu.

Costa se exhibe

En Nueva Jersey, donde ha tenido lugar este derbi veraniego para el recuerdo, el Atlético ha brillado gracias a Diego Costa, autor de cuatro dianas, y de Joao Félix, un adolescente de sólo 19 años predestinado a convertirse en el nuevo ídolo del Wanda Metropolitano.

Zidane muy pronto ha intuido que la de este viernes no sería la mejor noche de su carrera. Costa, un futbolista que también jugaría con el cuchillo entre los dientes si el rival fuera su abuela, ha marcado el primer gol de su equipo cuando sólo se habían disputado 43 segundos de partido.

Ocho minutos después, Joao Félix se ha estrenado con la camiseta rojiblanca y, de paso, ha enviado un mensaje al eterno rival: no perdonaría ni una.

Ángel Correa, en el minuto 19, y Diego Costa, en el 28 y 45, han sellado antes del descanso una goleada que ya estaba siendo histórica (0-5).

La fiesta no se detiene

Si en la reanudación quedaba algún madridista despierto, Diego Costa se ha encargado de enviarlo a la cama rápidamente con un nuevo gol, el cuarto en su cuenta personal, y ha situado uno parcial humillante de 0-6 en el marcador.

Como en todos los amistosos de pretemporada, los entrenadores han empezado a hacer cambios en todas las líneas de sus equipos para probar nuevos mecanismos de juego. Zidane, sin embargo, ha intentado contener la hemorragia, mientras que el Cholo ha demostrado que quería más sangre.

Nacho ha marcado el primer gol de los blancos en el minuto 60, pero Vitolo ha respondido inmediatamente para marcar el séptimo tanto de los colchoneros mientras la defensa blanca soñaba con el final del partido.

Al final, Karim Benzema y Javi Hernández han conseguido maquillar el marcador (3-7), pero la imagen que ha ofrecido su equipo ya es irreversible. Zidane tiene trabajo: si no quiere repetir la temporada ridícula que el curso pasado protagonizaron Lopetegui y Solari, el técnico francés tendrá que empezar a mover ficha.