Los números no engañan. Arda Turan ha empezado su segunda temporada con el Barça registrando unas cifras goleadoras espectaculares, y es que con el hat-trick que hizo contra Hércules el turco ya acumula 11 dianas en un total de 1.232 minutos disputados. Él es el ansiado cuarto delantero.

El exjugador del Atlético de Madrid está rindiendo a un buen nivel en cuanto a la finalización de las jugadas, sobre todo más allá de la Liga Santander. Arda inició la temporada con un doblete en la vuelta de la Supercopa de España (entre los dos partidos jugó 166 minutos), ha marcado 4 goles en la presente edición de la Champions League (en sólo 147 minutos ha aportado otro hat-trick y un trascendental gol en el campo del Borussia Mönchengladbach) y este miércoles volvió a repetir triplete en la Copa del Rey. En la Liga, sin embargo, Turan sólo lleva 2 goles en 739 minutos.

La media goleadora del turco también merece ser estudiada; el extremo del Barça marca 0,80 goles por partido o, lo que es el mismo, celebra una diana cada 112 minutos. En la Champions y en la Copa del Rey su situación todavía es más exagerada, pues el cociente se rebaja a un gol cada 36 y 60 minutos respectivamente. Además, Arda es el tercer máximo goleador de la plantilla por detrás de Messi y Luis Suárez, aunque el uruguayo sólo lo supera en 4 tantos y ha jugado 487 minutos más.

Después de la adaptación, la consolidación

En este mar de cifras se pueden sacar algunas conclusiones. La primera de ellas es que, después de sufrir durante medio año la sanción de la FIFA y durante la otra mitad del curso pasado la difícil adaptación al juego blaugrana, el turco se encuentra cada vez más cómodo sobre el césped del Camp Nou. Más allá de los goles, a Turan se le ve más tranquilo que el año pasado y su incidencia en el juego es superior, por lo cual empieza a afianzarse como un buen sustituto.

En él se está encontrando la resolución de jugadas que se esperaba de Paco Alcácer y que se echa muy de menos de Neymar. Oportunista, sin cuadrar grandes actuaciones está aprovechando las oportunidades que Luis Enrique le da con mucho orgullo y no hay duda de que el jugador está consolidado en la plantilla del Barça.

En el extremo, mucho mejor que en el interior

La segunda de las deducciones tiene que ver con la situación posicional del jugador en el terreno de juego: es abismal la diferencia de su rendimiento cuando juega en el extremo izquierdo del ataque y cuando lo hace en cualquiera de los interiores. Finaliza mejor que crea, y las pérdidas de pelota que sufre son mucho menos peligrosas en zona ofensiva que en la de elaboración.

Además, siempre que ha tenido que sustituir a Neymar ha estado a la altura de las circunstancias, cosa que no se puede decir cuando ha hecho de Iniesta o de Rakitic. Su poca solidaridad en tareas defensivas y la magia que aporta en los metros finales exageran todavía más las diferencias patentes en su rendimiento en ambas posiciones. Las llegadas de Denis Suárez y André Gomes, sin embargo, lo están liberando mucho de tener que jugar como interior.

Los goles no esconden las carencias

Las estadísticas son frías y no pueden analizar una situación si no reciben la contextualización necesaria. Son igualmente de elogiables los buenos números de Arda Turan como preocupantes algunos aspectos de su forma de jugar.

En algunos momentos del partido el turco se muestra apático, lento, y su participación en el partido es prácticamente nula. A menudo desconecta del tipo de encuentro que está disputando y a veces le cuesta leer el momento de partido en que se encuentra el equipo (la falta a Marcelo que facilitó el empate del Real Madrid en el Clásico es un ejemplo claro). Arda Turan es capaz de lo mejor y de lo peor, pero sea como sea lo que es evidente es que su capacidad anotadora lo ha convertido en el anhelado cuarto delantero del Barça.